Año CXXXIV
 Nº 48990
Rosario,
domingo  07 de
enero de 2001
Min 23º
Máx 31º
 
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Una antología del absurdo

-Papá, en la escuela me dicen tontito.
El padre, indiferente:
-¿Y a mí qué?
-A vos, tontazo.

* * *
En un velorio:
-¡No somos nada!
-Nosotros tampoco. Entramos a tomar un cafecito, nomás.


* * *
Para arreglar la araña del comedor de la millonaria, el electricista se sube a un sillón finamente tapizado y lo pisa sin ningún cuidado.
-¡Pero, por favor! ¡Hubiera puesto una revista!
-Para qué, si alcanzo igual...


* * *
-¡Mamá, mamá! ¡No me gusta el gatito!
-Bueno, dejalo a un lado y comé solamente las papas...


* * *
Durante una discusión, un hombre le pega una cachetada a otro:
-¡Esto no va a quedar así! -dice el que la ligó.
-Claro que no -responde el otro-, enseguida se le va a empezar a hinchar...


* * *
-Carlitos, ¿cómo es posible que digas tantas tonterías al cabo del día?
-Es que me levanto muy temprano, profesor.


* * *
-¿Cómo le corto?
-¿Qué? ¿No tiene tijeras?


* * *
-Yo sueño con ganar treinta mil dólares por mes, como mi padre.
-¿Tu padre gana treinta mil dólares por mes?
-No, pero lo sueña.
(de La pequeña gran enciclopedia del humor absurdo, de Mario Tobelem, Ediciones De Mente)


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