El banco de inversiones estadounidense Merrill Lynch recomendó la compra de bonos argentinos y estimó que el país es la nación de América latina que más se beneficiará con la rebaja de las tasas de interés en Estados Unidos. Argentina es indudablemente la economía que más se beneficiaría con tasas mundiales más bajas, afirmó en un comunicado la firma, una de las más influyentes de Wall Street.
El clima positivo se instaló en la city porteña y así la Bolsa volvió a subir para cerrar con un alza acumulada del 11,35% en lo que va del 2001. Al mismo tiempo, se abarató el costo del dinero en el circuito interbancario y las tasas volvieron a ser de un dígito.
Merrill Lynch instó a sus clientes a que aumenten sus tenencias de bonos argentinos para aprovechar los precios de los próximos meses, tras la caída de medio punto porcentual de los intereses decidida sorpresivamente el miércoles pasado por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).
Para la Argentina, situada hasta hace poco al borde de la cesación de pagos, este recorte de tasas reduce los costos fiscales en 100 millones de dólares, según estimó la entidad.
El banco de inversiones neoyorquino pronosticó que ahora hay buenas posibilidades para que Argentina vuelva a lanzar una emisión de deuda en los mercados internacionales, tras recibir del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de organismos de crédito un paquete financiero por 39.700 millones de dólares.
En ese sentido, el gobierno argentino ya anticipó que a raíz de la baja de las tasas en Estados Unidos, adelantará el canje de la deuda que se estudiaba implementar en marzo próximo.
El volumen de títulos viejos por nuevos a canjear sería equivalente a 4.000 millones de dólares, 3.000 millones de ellos emitidos en pesos y dólares y el resto emitidos en euros, dijo el el secretario de Finanzas argentino, Daniel Marx.
Sin embargo, los analistas observan que aún subsisten dudas sobre la Argentina entre los inversores, debido principalmente a interrogantes respecto al crecimiento, que algunos expertos sitúan como máximo en un 2% en el 2001, mientras el equipo económico habla de un 4%. Además, están atentos al panorama político, en particular por el rechazo expresado por la oposición a las reformas estructurales.
Brasil fue otro país que aprovechó el recorte de las tasas para emitir deuda, y obtuvo el jueves 1.500 millones de dólares con el lanzamiento de bonos globales a cinco años.
Tasas de un dígito
Cumpliendo los pronósticos de los operadores, la fluidez de recursos en la plaza financiera local colocó a las tasas de interés en rendimientos de un dígito, en niveles que no registraba desde noviembre del año pasado.
Los préstamos entre bancos de primera línea se resolvieron a una tasa anual del 8,70 por ciento (anterior 10,00) en operaciones hasta el lunes y en idéntico plazo las entidades de menor rango encontraron financiamiento al 9,10 por ciento anual.
En un pasaje de la jornada, en la primera parte de las operaciones, el Banco de la Nación salió a demandar recursos al 8,75 por el fin de semana y luego bajó la tasa al 7,75, lo que contribuyó a acelerar el retroceso del costo del dinero.
La Bolsa porteña, en tanto, cerró la primera semana del 2001 con un alza acumulada de 11,35%, producto de subas en las cuatro primeras jornadas del año. Ayer, el Merval repuntó un 0,98%, y lo que más entusiasmó a los operadores fue que esta vez el mercado se desentendió totalmente de las caída de Wall Street y las Bolsas de la región.
Si bien en el mercado nadie se atreve a gastar a cuenta para no quemar la buena racha, la plaza está mostrando indicios favorables a partir del blindaje financiero y el recorte de tasas en los Estados Unidos. Ahora los operadores esperan ansiosamente cualquier dato que revele que se está frente al demorado crecimiento de la economía.
En medio del clima de optimismo que se respiró en el recinto de operaciones muy pocos contemplan la posibilidad que una violenta toma de ganancias eche por tierra la bonanza del mercado. Al respecto, las ventas realizadas ayer para asegurarse diferencias fueron absorbidas con comodidad.
En Wall Street, el Dow Jones bajó 2,29% presionado por las percepciones negativas sobre las ganancias de las empresas, mientras que el Nasdaq de las compañías tecnológicas se derrumbó un 6,20%. Este panorama arrastró a los mercados de San Pablo, que retrocedió un 1,59% y México que cayó un 2,05%.