| | Editorial Reconversión urbana costera
| La verdad sea dicha, a las actuales autoridades municipales le ha caído en suerte una época para gobernar envidiable. Una época que más la hubieran querido para sí todos aquellos que, con criterio progresista, tuvieron la responsabilidad de regir los destinos de la ciudad en etapas anteriores. Epoca que sabe aprovechar con inteligencia. Es que nunca como hasta ahora se dieron perspectivas tan amplias y prometedoras de alcanzar, de una vez por todas, la tantas veces reclamada y siempre postergada reconciliación de la ciudad con su río, imponente regalo de la naturaleza al que vivió dándole la espalda. Esa fue una realidad que incluso llegó a asombrar a muchos ilustres visitantes, como el inolvidable Federico García Lorca. De paso por la ciudad en una gira de conferencias, lo llevaron a conocer el Paraná. ¿Pero cómo -palabras más palabras menos exclamó el autor de Bodas de sangre-, tenéis un río y le habéis puesto rejas?. Acostumbrada su visión a los cauces magros de la vieja Europa, el granadino se resistía a aceptar en silencio tan inusitado desdén frente a tanta prodigalidad de la naturaleza. Felizmente, desde comienzos de la década pasada, la situación en este aspecto ha cambiado de raíz en Rosario. Ello fue posible por la incorporación al patrimonio municipal de terrenos e instalaciones de la Administración de Puertos y la liberación y desmantelamiento de las enormes instalaciones ferroviarias y cerealeras que actuaban a modo de barrera infranqueable frente a la costa. Hoy todo es distinto. Tanto lo es que las autoridades se encuentran enfrascadas en la elaboración de un interesante proyecto de reconversión urbana del Parque de la Bandera, que prevé la transformación de la zona de costa que se extiende desde el Parque de España hacia el sur, con su final en avenida Pellegrini. Ello ocurrirá mediante la instalación de restauantes, bares, galerías de arte, salas de exposiciones, guarderías náuticas, un centro ferial, muestras itinerantes flotantes y sectores para la pesca deportiva. El proyecto contempla tres áreas. Una es la que se extiende desde el Parque de España hasta la Fluvial; otra, la que continúa hasta la zona franca de Bolivia; la tercera finaliza en Pellegrini. Es de esperar que, con la participación de la actividad privada, este ambicioso proyecto pueda acabar vuelto realidad. Empero, para que luego no existan lamentaciones, deben considerarse en profundidad -y sin que pesen mayormente los intereses particulares y las opiniones de algunos improvisados- las características técnicas que habrán de tener todas las construcciones que sean menester. El mínimo sentido común indica que, aún bajo otra férula y con otro diseño arquitectónico, no puede recrearse la aberración urbana de volver a quitarle a toda la ciudad el goce pleno de la costa de su río. Flaco favor sería acabar con el horroroso encierro de las rejas que tan perplejo dejó a Federico para concluir presos de la mera especulación edilicia.
| |
|
|
|
|
|
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|