Estiman que el saldo exportable de esta campaña subiría un 8%

La producción de cereales y oleaginosas de la campaña 2000/01 rondaría las 64,93 millones de toneladas y arrojaría un saldo exportable de 7.000 millones de dólares, un 7,7% más que la anterior, según estimaciones del Consejo Profesional de Ingenieros Agronómicos (CPIA).
Así, la próxima cosecha podría transformarse en la segunda en importancia tras la de 1997/98. De ese volumen, 36 millones de toneladas corresponden a cereales y casi 29 millones de toneladas a oleaginosas.
Según el trabajo realizado por el Departamento de Estudios Económicos del CPIA, el área de trigo crecerá en un 2,3% y la producción superaría en un 12% a la del ejercicio pasado, con un volumen de 16,25 millones de toneladas y un rendimiento promedio nacional de 26 quintales por hectárea (qq/ha).
El titular del departamento económico del CPIA, Pablo Vernengo, aseguró que se estaría en condiciones de exportar alrededor de 12 millones de toneladas de trigo por un monto de 1.356 millones de dólares.
El área de maíz disminuyó en un 10 por ciento respecto de la zafra anterior debido a los precios deprimidos de la actual campaña. La producción del maíz se ubicaría en el orden de las 15 millones de toneladas, con un rinde promedio de 51 qq/ha.
Con 9 millones de toneladas exportables, la participación de la Argentina en el comercio mundial de este cereal es del 12%.
El estudio del CPIA estima también una cosecha récord de producción de soja.
De continuar las buenas condiciones climáticas se obtendrían más de 23,70 millones de toneladas. Es probable que se exporten 5 millones de toneladas de poroto de soja, 3 millones de toneladas de aceite de soja y más de 13 millones de harinas, señaló Vernengo y agregó que ingresarían al país aproximadamente 4.036 millones de dólares por los tres rubros.
El analista destacó que el nuevo escenario de la soja se debe a la caída de precios del girasol y del maíz. Además, a raíz del mal de la vaca loca que afecta a la Unión Europea, no se descarta un incremento de las importaciones de harina de soja por parte de lo países miembros que ya prohibieron el uso de harinas de carne en alimentos balanceados.
El girasol es el cultivo que más se deprimió tanto en área sembrada como en producción. Vernengo lo atribuyó a la caída de precios que experimentó la oleaginosa durante el 2000, junto con el exceso de humedad y la falta de piso al implantar la pepita.
Las proyecciones indican que se cosecharían 2,26 millones de hectáreas, un 32 por ciento menos que la campaña pasada.
La producción de la oleaginosa alcanzaría las 3,8 millones de toneladas, con un rendimiento promedio de 17 qq/ha. Las exportaciones por girasol alcanzarían los 643 millones de dólares.