Buenos Aires.- Los cuerpos de un matrimonio y sus dos hijos de 9 y 8 años, desaparecidos desde el 2 de diciembre último, fueron encontrados ayer dentro de un pozo en los fondos de su casa en la localidad bonaerense de Luján, en lo que la policía investiga como un cuádruple asesinato por venganza o motivos pasionales.
Los restos de Mario Zarnich, de 31 años, su mujer Viviana Reposi, de 32 y sus dos hijos Esteban, de 9 y Julián Jesús, de 8 -todos uruguayos- estaban en avanzado estado de descomposición, tapados por escombros y maleza en los fondos de la casa de Doctor Real al 200 de Luján, explicó el ministro de Seguridad de la provincia, Ramón Verón.
Durante toda la tarde, policías y bomberos trabajaron con una pala mecánica para extraer los cuerpos -algunos desnudos y otros semivestidos-, que estaban entremezclados y debieron ser separados para su identificación y colocación en bolsas.
La tarea comenzó hacia el mediodía y fue el trágico fin de una búsqueda iniciada el 2 de diciembre último, cuando al costado de una ruta se encontró a la única sobreviviente de la familia, una beba de ocho meses abandonada junto a una tranquera, en el límite de Luján con la localidad de Open Door.
Lo que en principio se pensó era un abandono de persona, pasó luego a considerarse una cuádruple desaparición, ya que la casa familiar de la pequeña estaba vacía cuando la policía llegó al lugar ese mismo día.
Sospechas
El paradero de los padres, quienes según todos sus vecinos practicaban la religión umbanda, y los dos hermanos mayores de la pequeña fue un misterio hasta ayer, cuando se encontraron los cuatro cadáveres.
Los cuerpos estaban enterrados en un pozo de agua, donde llevaban unos 30 días, según calculó el jefe de Homicidios de la Policía Bonaerense, comisario Andrés Onorato.
Desde ya descartamos el robo, esto fue una venganza o hecho pasional, la escena es macabra, estaban enterrados el padre, la madre y los dos hijos, algunos vestidos y otros desnudos, detalló.
Si bien todavía no hay detenidos, las sospechas policiales giran hasta ahora en dos personas, una de ellas un hombre de apellido Santillán -vecino de la zona- que apareció manejando el auto de la familia y dijo haberlo comprado días antes de las desapariciones.
La otra es una mujer que fue vista viviendo en la casa, cuando los Zarnich estaban ya desaparecidos y eran buscados por la policía de Luján. Esta sospechosa no estaba ayer en la vivienda cuando la policía llegó con la pala excavadora.
Dentro de la vivienda, una casa humilde levantada sobre un terreno fiscal, se encontraron manchas de sangre en pasillos y distintas habitaciones.
De acuerdo a distintas versiones, la familia había sido amenazada y los dos chicos asesinados iban a la escuela siempre acompañados por presuntos custodios.
Otros vecinos aseguraron que en la casa solían juntarse practicantes del rito umbanda y que pese a su condición humilde los Zarnich tenían teléfonos celulares y no parecían sufrir percances económicos.
La beba encontrada abandonada el 2 de diciembre sigue todavía internada en el hospital de Luján y se cree que quedará al cuidado de su única tía, una hermana de la mujer muerta que ayer llegó al lugar de la tragedia y fue la primera en denunciar la desaparición de sus parientes.
La Ciudad
