Dos millones y medio de personas en las playas de Copacabana en Río de Janeiro, medio millón de franceses brindando con champaña en los Campos Eliseos de París, multitudes en Sidney y Berlín, y el mítico Muhamad Alí en Manhattan, fueron algunos de los espectaculares festejos con que el mundo celebró antenoche el inicio del tercer milenio. Al mismo tiempo, la violencia política en distintas regiones del planeta dejó un número importante de muertos, que se sumó a los accidentes causados por la pirotecnia.
En Berlín, un millón de personas festejaron el paso al 2001 y al tercer milenio a medianoche, en la Puerta de Brandemburgo, antiguo símbolo de la división de Berlín por el muro que separaba a las dos Alemanias. La noche fue amenizada por un espectáculo de sonido, luces y fuegos artificiales bautizado Metamorfosis.
En París, medio millón de personas acudieron a la avenida de los Campos Elíseos para beber champaña, pese a la lluvia y el frío, mientras que la Torre Eiffel se vistió de luces azules para recibir al nuevo milenio.
En Nueva York, el legendario boxeador Mohamed Alí apretó el botón que hace descender, durante un minuto justo antes de medianoche, la célebre bola de cristal de Time Square, en el corazón de Manhattan.
En Copacabana, la más famosa playa de Río de Janeiro, pese a la tormenta y a lluvias torrenciales, dos millones y medio de personas se reunieron y vibraron al son de los tambores afroamericanos.
En Sydney, más de un millón de personas vieron cómo el cielo se iluminaba como un caleidoscopio gigante, creado con más de una tonelada de fuegos artificiales.
Muertos y detenidos
En Turquía, siete personas resultaron heridas por una bomba que estalló en Estambul, donde varios miles de personas se habían reunido para celebrar la llegada del nuevo año. En Pekín, la policía arrestó violentamente a unos 700 adeptos de la secta budista Falungong, que protestaban en la plaza de Tiananmen contra la prohibición de su movimiento.
Además, cinco personas murieron y alrededor de 130 resultaron heridas en el incendio de un bar en Holanda.
En varios países, la llegada del año 2001 estuvo marcada por la política. En Belgrado, el presidente Vojislav Kostunica deseó que Yugoslavia viva en el 2001 un año de clarificación y calma después de las turbulencias del 2000 que lograron apartar del poder a Slobodan Milosevic.
En Moscú, los rusos celebraron la llegada del nuevo año al son del himno soviético cantando un texto, obra de un poeta estalinista de 87 años, elegido por el presidente Vladimir Putin.
En Chechenia, el presidente independentista, Aslan Masjadov, envió sus deseos para el Año Nuevo al pueblo checheno anhelando paz y tranquilidad con la independencia de esta República del Cáucaso.
Pero la fiesta más corta fue la de los participantes del rally París-Dakar. Cuando la algarabía aún continuaba en las calles de París, los 360 autos, motos y camiones participantes en esta célebre aventura de 10.739 kilómetros, abandonaron la capital francesa rumbo al sur del país.