Washington/Jerusalén. -- Poco antes de que expirara el plazo para hacerlo, Estados Unidos e Israel firmaron el domingo por la noche el acuerdo para la creación de un Tribunal Penal Internacional (TPI). Con la firma del Tratado de Roma, el presidente estadounidense, Bill Clinton, le garantizó a su país el derecho a opinar acerca de la futura corte.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, saludó el amplio apoyo para la nueva institución, que acabará con la cultura de la impunidad y hará que el XXI sea un siglo mejor. En su declaración, Clinton resaltó la importancia del TPI para la persecución de los crimenes de guerra, pero a la vez mencionó aspectos que en su opinión están mal planteados. Por ello recomendó a su sucesor, George Bush, que impulse su reforma antes de solicitar su ratificación al Congreso.
El senador republicano Jesse Helms, presidente del Comité del Senado para Asuntos Externos, criticó el paso dado por Clinton a 20 días de dejar el cargo y prometió que será revisado cuanto antes. La mayoría de los republicanos, entre ellos también el futuro secretario de Defensa Donald Rumsfeld, temen que también soldados norteamericanos sean llevados ante el Tribunal a causa de su comportamiento durante misiones en su papel de policía del mundo.
Un mensaje para Clinton
Tengo un mensaje para el presidente saliente. Esta decisión no sobrevivirá. Haré que la anulación de esa decisión sea una de mis prioridades más altas en la nueva sesión del Congreso que comienza mañana, expresó Helms.
Helms y el senador republicano de Virginia John Warner, quien preside el comité de fuerzas armadas, enviaron una carta al secretario de Defensa, William Cohen, en la cual calificaron la firma del tratado como un error monumental.
La decisión de Clinton de firmar el tratado de Roma (para la creación del TPI) es tan indignante como inexplicable, aseguró Helms, senador por Carolina del Norte y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Clinton subrayó que con la firma del tratado a última hora de 2000 Estados Unidos se reserva el derecho a seguir participando en los debates acerca del TPI. Sin embargo, la rúbrica es sólo un primer paso y hace falta su ratificación por el Congreso para que Estados Unidos adopte el Tratado de Roma. Desde ahora todos los países que quieran participar en el Tribunal deberán firmarlo y ratificarlo a la vez.
También Israel
Tras la decisión estadounidense, también Israel reconsideró su posición que hasta horas antes era de no firmar. El Estado hebreo rechazó en un primer momento el Tratado de Roma porque incluye una cláusula que define como delito la colonización directa o indirecta de un país ocupado con población de la potencia de ocupación. En opinión del asesor legal del gobierno israelí, fiscal general Eliakim Rubinstein, ese pasaje está políticamente motivado y va contra Israel.
Según informó en su edición de ayer el diario Jerusalem Post, el gobierno de Ehud Barak firmó con la condición de que esa cláusula no sea usada contra su país. El TPI fue acordado en Roma en 1998 por 160 miembros de Naciones Unidas. Su objetivo es perseguir graves delitos como genocidio, crimenes contra la humanidad y crimenes de guerra. Asimismo, evitará la instalación de cortes ad hoc como las existentes en la actualidad para juzgar crimenes en la ex Yugoslavia y en Ruanda.
El Tratado de Roma entrará en vigor cuando lo hayan ratificado 60 países, y hasta ahora lo han hecho sólo 37. En la conferencia de creación del Tribunal hubo siete Estados que votaron en contra, entre ellos Israel y Estados Unidos.