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Injusta espera por la jubilación

Decir que los jubilados en la Argentina la pasan mal no es ninguna novedad. Menos hablar de las injusticias que rodean al sistema previsional argentino, con las permanentes amenazas de reformas que, lejos de mejorarlo, parecen atentar contra quienes aspiran a vivir tranquilos el resto de su vida. Para el caso quiero citar la larga espera de trámites que soporta mi madre desde marzo de 1997 para poder jubilarse. Luego de haberse sometido a cuatro by-pass fue declarada discapacitada y por lo tanto con vía libre para acceder rápidamente a su jubilación. De nada valió tal notificación y contar además con más de 20 años de aportes a la caja de la provincia de Buenos Aires, tampoco haber renunciado a aportes parciales realizados en forma autónoma para acelerar un trámite que ya excede el calificativo de burocrático. No es la primera vez que escribo para expresar mi indignación sobre la cuestión. Esta vez lo hago para recordar que el expediente Nº2350022 173/97 que pasea por el Instituto de Previsión Social en la ciudad de La Plata cumplirá en marzo próximo 4 años, y mi mamá 70 años. Ojalá que al leer esta carta algún funcionario, legislador o gobernante sienta al menos un poco de vergüenza.
Marcela Isaías