1858 - Instalación del Banco Mauá
Se instaló en Rosario el Banco Mauá, la primera institución bancaria de la ciudad, conforme a lo estipulado en el contrato con el gobierno nacional. La entidad abrió sus puertas en la calle Córdoba 82.
1858 - Capilla del Hospital de Caridad
Fue bendecida e inaugurada la primera capilla del Hospital de Caridad de la Sociedad de Beneficencia, de Rosario, actuando como padrinos Juan Pablo López, gobernador de Santa Fe, y la señora Dolores Costa de Urquiza, esposa del vencedor de Caseros.
1873 - Dos concejos municipales
A partir del 1º de enero, y por espacio de diez años, la Municipalidad fue dividida en dos concejos, uno Deliberante y otro Ejecutor. Al día siguiente asumieron como presidentes de ambos cuerpos Mariano Alvarado y Aarón Castellanos, respectivamente. Este sistema fue abolido en 1883, remplazándolo por el que actualmente se conoce, de un Concejo Deliberante y un intendente.
1900 - Creación del Banco Popular de Rosario
Por iniciativa de don Julio Martínez Deniz, oriundo de las islas Canarias, de donde había llegado poco tiempo antes, abrió sus puertas el Banco Popular de Rosario, una de las instituciones crediticias más importantes de la plaza. El Banco Central dispuso su liquidación el 27 de noviembre de 1986.
1921 - Botadura en los astilleros locales
Fue botado un nuevo buque motor denominado Gabrielle D'Annunzio, construido por los astilleros Puerto Plaza de Saladillo. La embarcación tenía 123 pies de eslora y 23 de manga. Este hecho fue interpretado como una demostración del progreso de las construcciones navales en los astilleros de la ciudad.
1926 - El edificio de La Capital
Comenzó la transformación del antiguo edificio de La Capital y la dirección de los trabajos fue encargado a los arquitectos Gerbino y Schwartz. Se proyectó una nueva fachada al estilo del Renacimiento francés, que representara a un medio que defendía la verdad con los medios de la educación y la cultura.
1971 - Primer adiós a los guardas
El servicio de trolebuses de la línea H, interrumpido desde el estallido del Rosariazo a causa del destrozo de sus unidades, reinició su recorrido pero sin sus tradicionales guardas, por decisión de la Secretaría de Servicios Públicos. Esta experiencia piloto, en la que se concentraban en el conductor las funciones de guiar el coche y además expender boletos, se pretendía extender a las otras líneas. El Sindicato Unido Personal de Trolebuses inició un plan de lucha para preservar los puestos de trabajo en peligro.