El árbitro Oscar Roberto Godoi suspendió ayer la segunda final de la Copa Joao Havelange que jugaban Vasco da Gama y Sao Caetano, por falta de seguridad, luego de que unas 50 personas resultaran heridas en una avalancha generada por la caída de una valla metálica del estadio Sao Januario, de Río de Janeiro.
La decisión de suspender definitivamente el partido fue tomada por Godoi, tras más de una hora de deliberaciones con las autoridades de la policía, los directivos de ambos clubes y varios representantes de la Gobernación del estado de Río de Janeiro.
A pesar de que la directiva del Vasco da Gama pretendía que el partido continuara, la Gobernación no lo autorizó debido a que consideró que no existían garantías de seguridad suficientes una vez que la tribuna donde ocurrió la avalancha no podía ser separada del campo.
La valla no soportó la presión de los hinchas, que colmaron por completo las tribunas del estadio Sao Januario, de Río de Janeiro, con capacidad para 40.000 personas, para alentar a su equipo en el partido decisivo del torneo.
La reja metálica cedió cerca del arco que defendía Silvio Luiz, del Sao Caetano, cuando se jugaban 23 minutos del primer tiempo y el partido se encontraba igualado sin tantos.
La avalancha ocurrió poco después de que Romario, del Vasco da Gama, debiera ser reemplazado por Viola al sentir un tirón en la pierna izquierda tras un fuerte pique en procura del balón.
La policía tuvo que intervenir para controlar el estallido de pánico de muchos hinchas, que corrieron sin ton ni son y se atropellaron unos a otros en medio de la confusión que se generó una vez que cayó la valla.
Fuentes de la policía indicaron que más de 50 hinchas resultaron con heridas de distinta consideración, la mayoría de ellas leves, aunque aclararon que esa cifra no era definitiva.
La gran mayoría de los heridos fueron atendidos en el mismo campo de juego, al que ingresaron doce ambulancias cuyo personal dio los primeros auxilios a los lesionados.
En el terreno de juego aterrizaron un helicóptero de la policía y otro de los bomberos, con el cometido de trasladar a los heridos más graves a hospitales. Una media hora después de la caída del vallado, al menos cuatro hinchas habían sido llevados a centros asistenciales presentando fracturas en piernas o brazos.
Los miles de aficionados que ocupaban la tribuna donde cedió la valla bajaron al campo de juego y los jugadores del Vasco da Gama y del Sao Caetano se retiraron a los vestuarios visiblemente abatidos por lo sucedido.
La televisión local conjeturo que el vallado pudo haber cedido ante la presión de aficionados que pretendían escapar de una pelea en la tribuna.
Esa versión no fue confirmada por la policía, pero sí corroborada por varios hinchas en declaraciones a la televisión.
Según una radio local, habría existido una sobreventa de entradas que, de alguna manera, también contribuyó a la caída de la mencionada valla.
Esa sospecha fue igualmente ratificada por varios aficionados, que en declaraciones al canal de televisión 0'Globo aseguraron que nunca se había visto el estadio Sao Januario tan lleno como ayer.
| |
La Ciudad
