Orlando Verna
Las remakes remiten al pasado porque buscan subsidios allí para recrearlos con formatos modernos. En Los ángeles de Charlie esos elementos son: tres mujeres bonitas, un secretario pavo y una música pegadiza. Así se retoma la serie de los años 70 que esta vez cuenta con fantásticos efectos especiales y un antibelicismo engañoso. Es que el filme busca a toda costa no olvidarse de la ingenua trama que le sirvió de inspiración y se desbarranca en detalles inocuos para un argumento liviano. En la nueva versión de Los ángeles... se destacan los movimientos de artes marciales orientales que esgrimen sus tres cultoras y, a veces, un humor casi infantil que descomprime un ambiente repleto de sobreentendidos explicados hasta el hartazgo. Es decir, la serie de TV utilizaba los diálogos entre los ángeles para adentrar al espectador en el conflicto, pero aquí ese recurso se usa y se usa encima de las imágenes que explican lo explicado. Natalie, Alex y Dylan son tres mujeres muy distintas que se unen en pos de la justicia con un jefe invisible. Nat (Cameron Diaz) y Alex (Lucy Liu) no se diferencian mucho de Dylan (Drew Barrymore) en su destreza y su entrenamiento, excepto por los kilos que llevan encima. Los reportes de Hollywood aseguran que la figura de la Barrymore fue retocada con computadoras para que dé el físico, pero a la ex ET le falta mucha gimnasia para alcanzar el torneado de sus compañeras. Pero como de dinero se trata y Barrymore es la productora del filme se le perdonaron algunos excesos. Lo demás son piñas y patadas voladoras por parte de las niñas, y sables, balas y cañones por parte de los malos. Claro que ninguna de ellas sufre un mínimo rasguño cuando les explota una casa en las narices o caen desde unos 200 metros de altura. Pero la fantasía de la doble vida de los ángeles se mantiene cuando ninguna de las tres logra mantener una pareja estable, aunque la referencia quede finalmente en el aire. Faltaría saber la verdadera impresión que tuvieron Kate Jackson, Farrah Fawcett y Jaclyn Smith al sentarse en una butaca de algún cine de Los Angeles. Quizás ellas tengan la respuesta a la única pregunta que queda sin responder: ¿Las remake se hacen sólo por dinero? Quizás.
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