Año CXXXIV
 Nº 48.982
Rosario,
viernes  29 de
diciembre de 2000
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Lisandro Villavicencio fue condenado a un año y medio de prisión en suspenso
Pena excarcelable para un conductor que mató a un chico a alta velocidad
El accidente fue en Fisherton en 1997. Lo provocó un joven de 23 que iba a contramano. Indignado por el fallo, que consideró leve, el padre de la víctima rompió su título de abogado ante cámaras de un canal de TV

Paola Irurtia

La madrugada del 11 de mayo de 1997 Juan Pedro Stradiotto, de 21 años, volvía de divertirse con sus amigos. Iba hacia su casa, en el barrio de Fisherton, a instantes de la primera luz del domingo. Al cruzar a pie por bulevar Argentino y Acevedo fue atropellado por una pick up que circulaba a contramano y a 109 kilómetros por hora. Perdió la vida casi en el acto. El joven automovilista que lo atropelló fue sancionado con 10 años de inhabilitación para conducir. Pero no irá a la cárcel porque el juez le impuso una pena de un año y medio de prisión de ejecución condicional.
La familia de la víctima reaccionó con decepción y desconsuelo ante el veredicto. Pedro Stradiotto, padre del chico, demostró su indignación ante el fallo rompiendo ante las cámaras de un programa local de televisión el título de abogado que obtuvo al graduarse en esa carrera en 1969 (ver aparte).
Para Pedro Stradiotto, la pena no es congruente con la magnitud que tuvo el hecho. No fue un accidente que le podría ocurrir a cualquiera, por falta de precaución. El conductor iba a contramano y a más de 100 kilómetros de velocidad. Merecería una pena ejemplificadora, dijo Stradiotto ayer a La Capital.
El padre de Juan Pedro, que vivía a 60 metros del lugar en el que ocurrió el accidente, escuchó esa mañana el golpe y luego la frenada del vehículo que atropelló a su hijo, conducido por Lisandro Villavicencio, de 23 años.
Según reseña Stradiotto, Villavicencio iba en una pick up 4x4 a contramano, a 109 kilometros por hora, según indicaron las pericias policiales. Eran las 6.15 de la mañana y mi hijo cruzaba por la senda peatonal. El conductor no lo vio y frenó después de golpearlo. Yo escuché el golpe y después la frenada, tal como quedó demostrado en las pericias, indicó.
La familia de la víctima no está conforme con el fallo, que considera benigno para el conductor. A cualquier colectivero que se le cae un pasajero del estribo le dan un año de prisión en suspenso. Este no fue un accidente que se produjo por un descuido. Creo que las circunstancias requerían otro tipo de penalización, indicó Stradiotto. Aunque consideró que la inhabilitación para conducir durante 10 años es significativa. Sin embargo dudo de que sea una medida que se pueda controlar, señaló.
Desearíamos que el fiscal, que pidió 3 años de prisión en suspenso, apele la medida y que la Cámara de Apelaciones la reconsidere, indicó el hombre. Debería ser una sanción ejemplificadora, porque ese modo de conducir responde a una forma de vida. Sino, no habría ido en contramano y a esa velocidad. En esas condiciones si la víctima no era Juan Pedro, podría haber sido cualquier otra persona, en otra esquina cualquiera, señaló.
Para Stradiotto, la investigación del accidente no fue del todo eficiente. Según pudieron saber, Villavicencio fue protagonista de accidentes de tránsito antes y después del que terminó con la vida de su hijo. Aunque no pudieron probarlo ante el juez a cargo de la causa, Héctor Osvaldo Núñez. Los únicos que tienen esa información son allegados a la familia del conductor condenado, señalo Stradiotto. El hombre señaló que esos hechos no habían revestido mayor gavedad. Pero son indicativos que esa forma de conducirse formaban parte de su modo de vida.
La muerte de Juan Stradiotto desencadenó una sucesión de marchas de silencio de familiares, amigos y allegados a otras víctimas de accidentes de tránsito para pedir justicia. El 1º de junio de 1997, a tres meses del accidente, unas mil personas marcharon desde la plaza de Fisherton hasta el lugar en que fue atropellado el joven, donde depositaron claveles blancos en memoria del joven fallecido.


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