Bogotá. - Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) anunciaron que uno de sus principales objetivos para el año 2001 es derrotar el nefasto Plan Colombia. En su mensaje de Año Nuevo, la Comisión Internacional de las Farc, la mayor y mas antigua guerrilla de Colombia, expresó que este plan diseñado para erradicar el narcotráfico, es un plan de guerra de los gobiernos de los Estados Unidos y Colombia.
En este comunicado la cúpula de las Farc agregó que la guerrilla buscará alcanzar el poder político y la solidaridad internacional para resistir la perversa acción de la estrategia de intervención de Washington, en el conflicto interno de los colombianos, encubierto en el denominado plan de lucha contra el narcotráfico, mas conocido como Plan Colombia.
El Plan Colombia contempla inversiones de 7.500 millones de dólares en cinco años para erradicar un 50% de 120.000 hectáreas de cultivos de coca y amapola y crear condiciones económicas y sociales para liquidar la economía ilícita. Recibió 1.300 millones de dólares de los Estados Unidos. El gobierno del presidente Andrés Pastrana está buscando apoyo de países europeos para financiar los programas sociales y económicos del Plan Colombia, pero la Comisión Internacional de las Farc afirmó que se trata de una maquiavélica forma de comprometerlos en la misma guerra.
Mientras los gringos aportan las armas de destrucción y muerte, los demás aportarían los primeros auxilios para reparar las heridas leves causadas por la nueva aventura del Imperio y sus lacayos de la administración Pastrana, agregó el mensaje.
El canciller colombiano Guillermo Fernández de Soto expresó la semana pasada que las Farc deben desligarse del narcotráfico para demostrar a la comunidad internacional que su lucha es estrictamente política. Las Farc controlan las mayores zonas productoras de cocaína y funcionarios del gobierno de los Estados Unidos han denunciado que rápidamente se están convirtiendo en un cartel al que solo le falta controlar la distribución de narcóticos en las calles de las grandes ciudades norteamericanas.
El mensaje de Año Nuevo asegura que la fumigación masiva de los cultivos de coca tendrá devastadoras incidencias en el medio ambiente de la cuenca amazónica y su privilegiada diversidad. Es un atentado contra la soberanía de Colombia y la dignidad de su gente. Contra los países amazónicos y sus pueblos, añadió el mensaje.
Retorna la Cruz Roja Internacional
Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) anunció la reanudación de evacuaciones de combatientes luego de casi tres meses de suspensión, a causa de dos incidentes en los que los rivales asesinaron a heridos trasladados en sus ambulancias. Todas las partes -paramilitares y guerrilleros- nos han garantizado la seguridad de nuestro personal y el respeto a los principios de la neutralidad, expresó ayer Georges Comninos, jefe de delegación del Cicr.
Se realizarán las evacuaciones sólo cuando existan las condiciones objetivas, agregó Comninos, quien afirmó que hace una semana ya se realizó la primera operación en el sur de Bolívar. El 22 de septiembre, miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia, (AUC), en el norte del país secuestraron y luego asesinaron a una guerrillera herida de las Farc que era trasladada por una ambulancia de la Cruz Roja.
En respuesta a este incidente, el 2 de octubre un comando de las Farc en el sur colombiano detuvo un auto del organismo humanitario donde era trasladado un herido de las AUC, un grupo paramilitar. El Cicr a raíz de estos incidentes decidió suspender las operaciones a principios de octubre hasta volver a tener las condiciones para realizar su labor.
El derecho internacional expresamente dice que la violación de una de las partes no legitima a la otra a realizar una acción similar contra su adversario, expresó el Cicr en ese momento. De acuerdo a la entidad humanitaria, en lo que va de este año han realizado unas 15 evacuaciones de combatientes. La mayoría de los heridos en este conflicto colombiano, que lleva 36 años, son civiles.
La Cruz Roja Internacional ha tenido que afrontar delicadas situaciones en Colombia. En enero, su sede en Bogotá fue tomada por la fuerza por un grupo de desplazados que retuvo como rehenes a 37 empleados del organismo. Los trabajadores fueron dejados en libertad al final del día, luego de la intermediación del Procurador General, Jaime Bernal Cuéllar. El Cicr suspendió por más de dos semanas sus operaciones en todo el país.
La Ciudad
