La obra del puente a Victoria sorprende por su magnitud y por el tipo de trabajo que se realiza. Hay dos imponentes dragas que están funcionando a pleno en el medio del enorme delta. Una está del otro lado de las islas frente a Rosario y la segunda a unos 20 kilómetros de la costa. Extraen arena del fondo del suelo y levantan el terraplén por el que pasará la futura traza. Las tareas ya están terminadas en un 70 por ciento y estiman que a mediados del 2001 pegarán la vuelta a su país natal. Unos 30 extranjeros, en su mayoría holandeses, llevan adelante las tareas más específicas. Ahora viven en Rosario y se los encuentra en algún bar tradicional de Pichincha (ver aparte).
La construcción de los terraplenes es uno de los trabajos más importantes de la conexión física ya que por encima pasará el 80 por ciento de la ruta. Sobre una longitud total de 59 kilómetros, habrá 47 sobre terraplenes y 12 entre los puentes en zona de islas, el puente principal y sus dos viaductos. La inversión en esta etapa de la obra es de 76 millones de dólares, sobre un presupuesto total de 385 millones. La tarea es ejecutada por el consorcio Boskalis-Ballast Nedam, subcontratista de la concesionaria Puentes del Litoral.
Trabajos muy avanzados
La tarea esta avanzadísima y ya hay tres tramos de terraplenes terminados por completo, que están sobre la costa entrerriana. Los tres que le siguen, ya en el delta, también están listos, pero aún en garantía porque se espera medio año para probar que no presenten defectos. En el séptimo y octavo terraplén se trabaja sobre los taludes y la capa superior, y en el noveno se está refulando arena. Sobre un total de 47 kilómetros de terraplenes faltan construir 20 kilómetros.
Sobre los primeros cinco terraplenes y los cuatro puentes sobre islas también concluidos -siempre desde Victoria- los autos de la constructora ya circulan sobre la futura traza. La conexión física está ejecutada en un 62 por ciento y se prevé terminar cuatro meses antes del plazo previsto, septiembre del 2002.
Los terraplenes se levantan con arena que se draga y refula sobre el suelo de las islas. También se dragan las capas de arcilla para remover la arena necesaria. En ambos costados del terraplén se coloca, a manera de protección, una cubierta vegetal y una cortina forestal arbórea.
La draga Zuiderklip es la más impactante. Ahora está sobre el arroyo Barrancoso (a 28 kilómetros de Rosario) y es capaz de cortar y succionar tanto suelos arcillosos como de arena. Draga a una profundidad de más de 35 metros y su producción es de tres mil metros cúbicos de arena por hora. Es atractivo observar cómo los grandes chorros de arena caen sobre el suelo, luego de haber circulado, desde la draga, por una tubería de 500 metros de largo.
Similar, aunque un poco más chica, es la draga Haarlem que se encuentra a pocos kilómetros de la costa santafesina. Está levantando el terraplén para que en enero próximo pueda comenzar la construcción del primer puente sobre islas, desde Rosario.
El gerente general de Boskalis-Ballast Nedam, Harry Hesseling, garantizó la duración de la obra ya que en los estudios hidráulicos, en el marco de la elaboración del proyecto, se previó la construcción de una serie de puentes para permitir que el cauce del río circule sin afectar los terraplenes, apuntó.
El consorcio subcontrató a una empresa argentina, Pagliatini, para abrir un canal de servicio, paralelo a la traza, que ya está terminado y en el que trabajaron tres dragas más pequeñas.
Los terraplenes estarán terminados en mayo del año que viene y una gran parte del megaemprendimiento estará concretado.
La Ciudad
