La llegada de Rubén Wolkowyski y Juan Ignacio Sánchez a la NBA y la supremacía de los seleccionados nacionales a nivel continental fueron los hitos más destacados que vivió el básquetbol argentino en el 2000.
En un segundo plano merece resaltarse el buen comienzo de la era de Rubén Magnano como máximo responsable de los seleccionados nacionales, y la brillante conquista lograda por Estudiantes de Olavarría, que se adjudicó el Panamericano de Clubes realizado en Montevideo.
Por otra parte el básquetbol argentino perdió en los últimos tiempos a promisorios valores, pero la cantera no se agota y siguen surgiendo elementos que se destacan en los seleccionados de las diferentes categorías formativas.
Esta vez la cosecha tuvo su principal muestreo con los juveniles, que con Carlos Delfino (fue contratado posteriormente por el Reggio Calabria de Italia) y Adrián Boccia se quedó con el Sudamericano de la categoría jugado en Colombia.
Luego le tocó al Sub 21, que marcó el debut de Rubén Magnano como entrenador-jefe y en el Cilindro de Montevideo ganó el Sudamericano, venciendo en el cotejo decisivo a los locales.
Un mes después Uruguay recibió al Panamericano, que tenía como claro favorito al poderoso Estados Unidos, conformado con jugadores de las principales universidades de la división 1 de la NCAA, y ante el asombro de todos, Argentina -tuvo valores notables en Luis Scola (el mejor del torneo), Carlos Delfino y Martín Leiva- destrozó a los norteamericanos (92 a 77).
Con la dirección técnica de Fernando Duró, los juveniles, de la mano de Boccia, se trajeron desde Bogotá el Mundialito al batir en la final a los brasileños.
También fue feliz el debut de los mayores, quienes con Wolkowyski en gran nivel terminaron terceros en el Súper Cuatro jugado en Ferro y luego, sin el chaqueño, salieron segundos en el torneo 500 Años de Brasil, en Río de Janeiro, cayendo en la final contra Rusia, que luego terminaría quinto en Sydney 2000.
A nivel de clubes, Estudiantes de Olavarría no tuvo un buen bautismo en el exterior, ya que se clasificó cuarto en el Sudamericano realizado en Venezuela, que ganó el local Cocodrilos al sorprender al Vasco da Gama brasileño. No obstante, los dirigidos por Sergio Hernández luego tuvieron la revancha al romper todos los pronósticos y conquistar el Panamericano de Montevideo, superando en el enfrentamiento decisivo a Aguada de Uruguay. El bataraz, que ya había ganado la Liga Nacional (superó a Atenas por 4 a 3 en los play off finales), le sumó en la primera quincena de octubre la Copa de Campeones, en la que también relegó a los cordobeses, para cerrar un año maravilloso.
La ida de figuras rutilantes como los mencionados Rubén Wolkowyski y Pepe Sánchez, Diego Osella, Leandro Palladino, Nicolás Gianella, y otras de un futuro inconmensurable como Carlos Delfino, produjeron una sangría que hizo que varios equipos quedarán disminuidos y afrontarán la Liga Nacional con posibilidades recortadas.
El más argentino de los campeonatos recuperó su vigencia con la magnífica organización de la gente de la ciudad cordobesa de San Francisco, que con el apoyo de ESPN hizo un torneo de relieve, con muchas figuras de la liga, que tuvo como campeón al representativo local, que venció en la final a Buenos Aires.

Calendario abultado
El próximo año se presenta con un calendario internacional muy abultado: el seleccionado mayor participará en el mes de junio en el Sudamericano de Valdivia (Chile) y después, en julio, tendrá la cita más importante en el Premundial (se hará en Mar del Plata y Neuquén), que otorgará cinco plazas para Indianápolis 2002.
Además se desarrollará la sexta edición de la Liga Sudamericana, en la que los equipos argentinos tratarán de cortar la hegemonía del Vasco da Gama, y también los Sudamericanos y Panamericanos de Clubes, un proyecto que tiene continuidad por el aporte de la cadena televisiva de cable ESPN.