Año CXXXIV
 Nº 48.982
Rosario,
viernes  29 de
diciembre de 2000
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Disputa por la inducción del parto de un feto enfermo
Padece anencefalia y lleva ocho meses de gestación. Un tribunal porteño autorizó la intervención

La decisión del Tribunal Superior de la ciudad de Buenos Aires, que autorizó a los médicos de la maternidad Sardá a inducir el parto de un feto de ocho meses de gestación con anencefalia, levantó una polémica entre quienes están de acuerdo con la sentencia y quienes defienden los derechos del niño por nacer.
Por un lado, el asesor de Incapaces del Ministerio Público de la ciudad de Buenos Aires, Roberto Cabiches, presentó anteayer un recurso extraordinario para impedir el cumplimiento de la sentencia y lograr que se expida la Corte Suprema de la Nación. Por el otro, Perla Prigoshin, abogada de la organización no gubernamental Unos y Otros, que se ocupa de asistencia familiar, estudiaba una respuesta a los argumentos de dicho organismo para que la decisión del tribunal siga su curso.
Prigoshin, quien representa a la mamá que lleva en su vientre un feto de ocho meses de gestación y cuyo cerebro no se desarrolló correctamente debido a una anencefalia -enfermedad genética e incurable- dijo que continuar con el embarazo implica también decidir sobre la vida del bebé, ya que está condenado a morir. No hay cambios si el parto se produce prematuramente o a los nueve meses -prosiguió-, sólo hay cambios para la vida de la familia que padece una tortura.

La salud de la madre
Según la abogada, no hay que plantear este tema en los términos de un aborto, ya que eso implicaría buscar la muerte del gestado; lo que pedimos es que se induzca el parto prematuramente en virtud del peligro para la salud psíquica de la mamá.\Los padres, una familia de bajo recursos que vive en Ingeniero Budge con un hija de 12 años, decidieron recurrir a la fundación Unos y Otros luego de que una ecografía reflejara el terrible diagnóstico: anencefalia, una afección terminal que produce la falta de parte del cerebro, ya que éste no llega a desarrollarse correctamente, y que según los médicos, impide cualquier posibilidad de vida una vez el bebé abandone el útero materno. Cuando la pareja recurrió a nosotros, llegó en un estado deplorable por los resultados de los estudios y toda la familia estaba deprimida -contó la letrada-, ya que llevar en la panza el anuncio de la muerte es terrible.\La letrada remarcó que se olvidan que hay otros derechos constituidos: una persona nacida hace 12 años que está sufriendo porque ve que su hermano va a nacer muerto, y la mamá que con este asunto está enloqueciendo, recordó Prigoshin.\Por su parte, Roberto Cabiche, asesor general de Incapaces del Ministerio Público de la ciudad de Buenos Aires, aclaró que interpusimos el recurso extraordinario de la sentencia porque estamos en desacuerdo en que se realice un parto inducido con el argumento de que el niño que va a nacer no tiene viabilidad de vida. Nuestra obligación es defender la vida, argumentó Cabiche y dijo que en este caso debemos hacerlo porque el niño vive cómodamente en el vientre de la madre, ya que aunque le faltan algunas partes del cerebro, se alimenta, respira y se regocija como cualquier otro bebé.\No hay dudas que el chico no puede vivir -prosiguió-, pero todos los seres humanos se mueren y el hecho de que un el niño viva tres horas no quiere decir que tengan que matarlo. La obligación de este Ministerio es defender la vida desde la concepción hasta que la persona deje de existir, indicó Cabiche, resaltando que el hecho de que esté enfermo no justifica que se lo saque antes de tiempo para que muera fuera del cuerpo de su madre.


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