Ciudad de México. - El volcán Popocatépetl lanzó ayer una ligera exhalación de rocas encendidas y una columna de cenizas, como dando la bienvenida a miles de pobladores de sus faldas que regresaban tras más de una semana de exilio. Unas 41.000 personas que habitan en los 22 pueblos situados en las faldas del volcán fueron autorizadas a regresar a sus hogares, tras apaciguarse la intensa actividad que el Popocatépetl desarrolló desde el 18 de diciembre.
Pero al comenzar el retorno, encontraron que el coloso, que se erige hasta 5.542 metros sobre el nivel del mar en el centro de México, lanzó una nueva emisión de material incandescente a las 6.29 (hora local), produciendo una columna de ceniza y vapor de agua de 1,3 kilómetros sobre el cráter. Sin embargo, las autoridades descartaron que el fenómeno sea el preludio de una nueva fase de intensa actividad.
Este es el patrón de comportamiento que, de acuerdo con los especialistas, seguiremos observando los próximos días, semanas o quizá meses. Fue un evento pequeño, no lo consideramos importante, expresó el director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), Roberto Quaas, a la radioemisora Infored.
La montaña que humea
El Popocatépetl, que en lengua náhuatl significa la montaña que humea, mantuvo durante varios días una fase de intensas exhalaciones en las que lanzó rocas incandescentes y cubrió con una ligera lluvia de ceniza a los pueblos aledaños. Los poblados, en los Estados de Puebla, Morelos y Oaxaca, fueron desalojados y sus habitantes, humildes indígenas y campesinos, fueron enviados en su mayoría a albergues donde celebraron la Navidad entre la tristeza y la angustia de perder sus hogares y animales.
Sin embargo, tras una reunión de dos horas con los vulcanólogos que siguen desde hace años la actividad del Popo, las autoridades consideraron ayer que el gran peligro ya pasó y sólo recomendaron a la población mantenerse alejada a por lo menos 12 kilómetros del cráter. No se ha dicho que el volcán ya haya regresado a un punto de tranquilidad, simplemente ha cambiado su etapa, explicó Carlos Valdés, director de riesgo volcánico Cenapred, a Radio Fórmula. Estamos viviendo la etapa en la que el domo (que cubre el cráter) comienza a deteriorarse, comienza a ser autodestruido a través de este tipo de exhalaciones explosivas, explicó.
El presidente Vicente Fox ha dicho que estudia crear nuevos poblados, más alejados del volcán, para evitar que sus habitantes estén expuestos permanentemente a su furia. El Popocatépetl permaneció dormido de 1929 hasta 1994. Actualmente, su cráter tiene un diámetro de unos 800 metros y una profundidad de unos 200 metros.
Valdés expresó que aunque todavía es muy temprano para afirmarlo, el Popo estaría llegando a un clímax de actividad que podría comenzar a bajar lentamente hasta que el volcán entre ya en un estado de reposo por unos 80 años. El experto precisó que aunque persistan las exhalaciones de fragmentos incandescentes, éstas no llegarían a los poblados cercanos, que se encuentran fuera del radio de precaución establecido por las autoridades.