El gobierno nacional extremó ayer las medidas de seguridad para proteger al presidente Fernando de la Rúa, luego del incidente que sufrió la semana pasada durante un programa televisivo, cuando un joven se le abalanzó frente a las cámaras para pedirle por los presos de La Tablada. De la Rúa concurrió ayer al Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (Cari) en medio de un reforzado dispositivo de seguridad, que incluyó el corte de una calle, el despliegue de una veintena de uniformados y el aumento del número de custodios que habitualmente acompañan al presidente. Curiosamente, mientras el jefe del Estado se dirigía hacia ese lugar, en el ingreso a la Casa de Gobierno de la calle Balcarce la policía detectó y detuvo a un hombre que intentó ingresar armado, aunque con un revólver en desuso. De la Rúa llegó al Cari, en Uruguay al 1000, en el automóvil presidencial, e ingresó al edificio, donde lo aguardaba el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, junto a siete de sus custodios. En la puerta, también se colocó un cordón para evitar apretujones y que los periodistas se abalancen sobre De la Rúa, mientras que unos seis policías uniformados formaron una cadena para custodiar el ingreso del jefe del Estado. En tanto, ayer, minutos antes de las 9, un hombre de 40 años, identificado como Paulo Ramón Vargas Cuenca, paraguayo, intentó entrar a la Casa de Gobierno con un revólver que tenía guardado en su bolso, aunque la policía comprobó que no tenía capacidad de ser utilizado pues estaba totalmente destruido. De todos modos Vargas Cuenca, quien dijo que trataba de realizar un trámite en la oficina de Padrinazgos para lograr que De la Rúa apadrinara a su séptimo hijo varón, fue demorado por personal de la comisaría segunda, a cargo de la seguridad en Presidencia. La responsabilidad de la seguridad del presidente está en manos de la Casa Militar, que encabeza el general Julio Hang, y de la Policía Federal. Paralelamente, el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, deslindó responsabilidades respecto al incidente que tuvo como involuntario protagonista al presidente. No es mi responsabilidad y no quiero que sea mi responsabilidad. Me hubiese puesto en Policía si quería ocuparme de la seguridad, replicó Lopérfido al ser consultado sobre los cuestionamientos que recibió luego del episodio ocurrido en la emisión de Videomatch. Asimismo, el funcionario explicó que esa semana habíamos hecho una estrategia que no incluía sólo ese programa, que había empezado en Telenoche el día viernes, que continuaba con Videomatch, con el mensaje del presidente de fin de año, el programa de Magdalena Ruiz Guiñazú ayer. Y bueno este episodio cambió el eje. Consultado si el hecho le quitaba ganas de continuar en la tarea, Lopérfido respondió que fue un incidente ajeno a mí, que lo lamenté porque arruinó algo que debería ser tranquilo. También se refirió a los cuestionamientos que recibió desde adentro del propio gobierno sobre ese tema, al señalar: Que hayan tirado nunca me afectó. Yo creo que todavía hay cierta mirada conservadora sobre la política argentina.
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