Año CXXXIV
 Nº 48981
Rosario,
jueves  28 de
diciembre de 2000
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Reflexiones
Democracia fuerte, pobreza en jaque

Jorge Giorgetti (*)

No hay nada más tentador que un hueco, ya que nos posibilita usar nuestra imaginación para construir en ese espacio. Claro, si políticamente hablamos, no hay nada más peligroso que un discurso vacío... o un espacio abandonado... o una alianza sin proyecto.
La democracia argentina está pobre de fortaleza. Y nuestro pueblo está pobre de oportunidades, de expectativas, de confianza en el futuro. Los discursos se llenan de párrafos que excusan imposibilidades. Parece que estamos en la etapa del no. No, porque no se sabe, y no se quiere creer que se puede... Así por ejemplo, hoy sin inmutarse la Alianza que gobierna el país se divorcia, luego de haber -sólo un año atrás- propuesto en su plataforma política un programa de gran cambio expresado en el contrato con la sociedad.
Vimos cómo el ex vicepresidente de la Nación, Chacho Alvarez, irresponsablemente renunció a su responsabilidad inexcusable: gobernar. Porque para ello lo eligió la gente. Para que ejerza proponiendo, discutiendo, consensuando y realizando. La gente que lo votó no lo eligió para ser oposición.
Me pregunto: ¿cuál fue realmente el motivo de su renuncia? Las coimas en el Senado, para cuyo esclarecimiento contaba con el respaldo de toda una sociedad. O que los dos ministros de su riñón estuvieron rozados de entrada por hechos poco honrosos. O, en realidad nada de eso fue determinante para la decisión del ex vice, como tampoco lo fue convalidar rebajas salariales e impuestazos o decretar la parálisis del mercado interno.
Tal vez sea oportuno aquí recordar a Octavio Paz, cuando escribió: Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo. Pregunto: ¿qué deberíamos decir de los dirigentes que deben conducir el cambio, que deben ejecutar la transformación y tienen inyectado el veneno del miedo o, lo que es peor, el de la especulación? Por estas horas se habla de que el ex vicepresidente de la Nación que se fue de motu proprio, está buscando todos los caminos que le permitan volver al gobierno. Debo expresar con absoluta contundencia que sería un gravísimo error del presidente su reincorporación, ya que su renuncia fue tan grave que puso a la Argentina en el límite del ridículo. Convengamos que para que Argentina siga en la consideración de los paises respetados internacionalmente, la seguridad política es tan importante como la seguridad jurídica. Si tenemos claro que debemos ser creíbles, que los inversores nos miran, el respeto se gana con la coherencia.
Por ello y sobre esto dejo planteado que lo que debemos aplicar y sin demoras es el blindaje político, es imprescindible poder acceder a él y sólo se accede con la conciencia social y con el accionar de quienes ejercemos la política. Sin blindaje político es imposible que resulte el blindaje económico. Hoy, peligrosamente, vivimos situaciones que si las enumeramos veremos que caminamos hacia la dirección contraria del bien social. Pregunto: ¿es que acaso ya no queremos acordarnos del para qué de nuestro accionar? La sociedad está sintiendo que los políticos estamos cada vez más ocupados en nosotros mismos y no en los grandes temas que debemos resolver, por ejemplo: encarar a la pobreza, dándole a la batalla por su exterminio rango de política de Estado.
Estamos transitando un tiempo en donde nuestra sociedad está sintiendo que lo político le es ajeno... y lo que es peor, le resulta sucio... y aún más, le resulta hostil.
Hoy estamos en crisis, y eso no es malo si lo capitalizamos. Y lo capitalizaremos si no se ejerce la política del imposibilismo, la pasividad, la rendición incondicional, por las dudas, ante todos; menos ante quienes nos eligen.
Por eso proponemos una política económica responsable, donde logremos una buena salud fiscal -su equilibrio- para aplicar políticas de desarrollo de la producción; único antídoto para la recesión.
Los grandes creadores dicen que sueñan lo imposible para poder emprender lo factible. De Gaulle convocaba a la grandeza. Perón les hablaba a los gobernantes del mundo de nuestra firme voluntad de ser independientes y libres, con el convencimiento de que no podrá haber jamás diferendos si se transitan los caminos del derecho y la justicia, cauce único para el bienestar de las civilizaciones que nos sucedan.
Participé recientemente en Chile de la cumbre de líderes latinoamericanos de la Democracia Cristiana. Los dos grandes temas que acapararon el trabajo de las distintas comisiones fueron estos que hoy reflejo en estas líneas: insuflar fortaleza a nuestras anémicas democracias y paralelamente derrotar desde el Estado a la pobreza.
Tenemos la posibilidad histórica de revalorizarnos en nuestro accionar político. De demostrar que con política y democracia, con ambas, repararemos la injusticia inexcusable de condenar al otro. Ser pobre es la primera injusticia que existe en nuestra patria... y no hay libertad con pobreza. Con nuestra firme voluntad por enriquecer nuestra democracia, erradicando nuestra pobreza, aseguraremos a nuestro pueblo un futuro en paz.
(*) CPN, presidente de la comisión de Industria y Comercio de la Cámara de Diputados de Santa Fe


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