Totoras. - Con una base de medio millón de pesos rematarán hoy en el Juzgado comunal de esta ciudad la planta del ex frigorífico Totoras. El acto, que comenzará a las diez de la mañana, significa la culminación de un largo proceso que comenzó con el dictado de la quiebra de la firma por parte de la jueza en lo civil, comercial y laboral del distrito judicial Nº6 de Cañada de Gómez, Adriana Cuaranta.
El remate comprende la venta de la planta para la matanza y faena de cerdos, un inmueble con todo lo edificado, clavado y plantado de aproximadamente ocho hectáreas. Incluye además los equipos, componentes, maquinarias y elementos para el funcionamiento industrial de la misma.
De acuerdo a lo informado por el martillero Héctor Mari, las instalaciones incluyen, además, una cámara de frío, playa de expedición, oficinas administrativas, corrales y básculas para animales, un matadero de emergencia, sala de embalaje, de despostada, calderas, congelados de placas, máquinas y hasta un lavadero de camiones.
En el acto de subasta el eventual comprador deberá abonar el 10 por ciento de seña y otro 6,5 por ciento de comisión al martillero, en tanto que el saldo (algo más del 80 por ciento) será consignado en seis cuotas iguales, mensuales y consecutivas a partir de los sesenta días de aprobado el remate.
La información distribuida en el juzgado de Cañada de Gómez indica también que si no hay oferentes para la compra de la misma se retira la venta hasta nuevo aviso. Previo al remate hubo un período de exhibición de las instalaciones para que los interesados pudieran observar el estado del inmueble.
La quiebra
En agosto de 1997, la jueza Adriana Cuaranta decretó la quiebra del frigorífico Totoras, una decisión, solicitada en ese entonces por el síndico Enrique Centenaro fue de carácter liquidativa y comprendió el cierre de las puertas del establecimiento.
La determinación de la Justicia puso fin a una prolongada protesta de los trabajadores que solicitaban el levantamiento de una medida de clausura dictada por la Oficina Nacional de Control Comercial (Onca), acción que obedeció a que el actual directorio no había cumplido con la entrega de los requisitos necesarios para la obtención de una nueva matrícula.
A principio de agosto de ese mismo año los trabajadores resolvieron tomar la planta en defensa de la fuente de trabajo y cortaron el tránsito en el acceso al establecimiento. Esa acción, que perduró durante semanas, fue tomada por los operarios para que regularicen la situación salarial y para que la planta reinicie las actividades.
En ese entonces, el presidente del directorio de la empresa, Omar Elías, señaló que la causa por la que habían clausurado la planta fue por la falta de los aportes previsionales, y acotó que la deuda en concepto de jubilaciones ascendía al millón de pesos. La medida de clausura dejó en la calle a cerca de 50 trabajadores.
La Ciudad
