Año CXXXIV
 Nº 48981
Rosario,
jueves  28 de
diciembre de 2000
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Presentarán una denuncia por presunta estafa
Un terciario cerró y dejó "plantados" a los alumnos
Desmanteló el mobiliario sin dar explicaciones ni a los docentes

Pablo R. Procopio

Un instituto terciario privado se esfumó repentinamente y dejó a sus alumnos literalmente en banda, tal como lo describieron los propios jóvenes que estudiaban en el lugar. Ante la situación, decidieron presentarse a la Justicia para que investigue. Los alumnos concurrieron a la sede del Instituto de Estudios Técnicos (IET) ubicado en el sexto piso de San Martín 951 y se encontraron con que todo había sido desmantelado. Es más, un encargado del edificio dijo que ya fue rescindido el contrato de alquiler de las oficinas donde se dictaban las clases.
Según fuentes oficiales del Ministerio de Educación provincial, la institución no estaba autorizada. No se había iniciado trámite alguno, ni expediente, ni pedido de habilitación, sostuvieron a La Capital. En el edificio céntrico se habían instalado tres aulas y dos oficinas a las que se accedía directamente desde los ascensores.
Sin embargo, en un folleto publicado con fotos a todo color y de excelente impresión por el mismo instituto, se pudo leer que las 9 carreras que allí se dictaban estarían reconocidas por la cartera de Educación a partir de este año.
Los alumnos se sentían convencidos de estar cursando carreras terciarias aunque ciertos docentes las llamaron cursos preparatorios.
Los chicos se encontraron a la deriva, incluso sin poder continuar sus estudios el año próximo. En rigor, la duración de las carreras varía entre un año y medio y dos. Según calcularon, al IET asistían unos 200 alumnos distribuidos en diferentes horarios y jornadas. En cada clase había entre 15 y 20 personas.
La escuela iba a estar reconocida supuestamente a partir de este año y funciona desde hace siete u ocho, dijo uno de los estudiantes, Pablo Raies. Los alumnos abonaban 60 pesos por mes además de una inscripción de 150 pesos. Según se supo, en el centro educativo cobraron la última cuota, inscribieron a algunos chicos para el 2001 y se rajaron, añadió Raies, antes de estimar que aparentemente el dueño está en España. Se trata de Fernando De Bladi López, quien firmó personalmente contratos de locación de servicios con los docentes, quienes también ahora se convirtieron en sus acreedores.
La noticia de la desaparición corrió rápidamente entre los profesores. Estoy sorprendido por lo que pasó. Me llamó una colega y comentó lo que había sucedido, dijo uno de los profesores, quien pidió permanecer en el anonimato. El profesional reconoció que dictaba un curso que servía para poder rendir en Buenos Aires. Esto ocurría, por ejemplo con las clases de despachante de aduana o martillero público.
Los docentes comentaron que el dueño del instituto era un tipo estricto en el cumplimiento de los programas, por lo que les llamó poderosamente la atención que echara todo por la borda. No obstante, dejaron entrever que esta circunstancia se venía perfilando desde hacía unos cinco meses, cuando ya no había una cara visible.
Los alumnos, patrocinados por abogados, se presentarán hoy ante la Fiscalía Nº9 para pedirle su intervención por presunta estafa, adelantó la letrada Iris Cancillieri. En efecto, nadie pudo hasta el momento evacuar las dudas de los estudiantes del instituto, que carece de referentes y donde no quedó nada de lo había.



Los alumnos del IET de San Martín 951 están desconcertados.
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