Jorge Salum
Un recibo hallado por peritos que trabajan bajo las órdenes del juez Carlos Carbone probaría que en diciembre de 1992 el entonces Banco Provincial de Santa Fe pagó más de 11 millones y medio de pesos a una pensionada que murió en 1990. Sin embargo, para el magistrado la aparición de este comprobante todavía no alcanza para asegurar que se trató de una estafa. El recibo está a nombre de Matilde Josefina Russo, quien falleció el 3 de julio de 1990. Allí consta que dos años y medio después el banco le pagó la pensión de 11.605.367 pesos, de una sola vez, de la Caja de Jubilaciones de la provincia. Pese a la trascendencia del hallazgo, Carbone considera casi imposible que semejante suma se abonara por caja, y mucho menos sin autorización de personal jerárquico del banco. Es más: ni siquiera confirma, al menos por ahora, que el dinero efectivamente salió del banco. Eso todavía no está probado, dijo ayer a este La Capital. Para avanzar en ese sentido, ordenó nuevas pericias contables sobre los movimientos de fondos realizados por el banco en diciembre de 1992. El objetivo de la pesquisa es determinar si hubo alguna operación por la suma que pagaron a nombre de Russo, y más específicamente si salió por caja o se ocultó detrás de un movimiento interno. La presunta estafa fue descubierta este año por la Caja de Jubilaciones. Pero no fue la única ya que entre octubre de 1990 y agosto de 1998, alguien cobró regularmente la pensión de Russo en el banco. Esta defraudación llegaría a los 240.000 pesos. Paradójicamente, la Caja detectó la estafa al supervisar la información que le enviaba el propio banco en sus rendiciones periódicas. En una de ellas, los funcionarios de la Caja descubrieron un recibo por los 11.605.367 pesos. El que Carbone encontró ahora en el banco es la copia de aquel comprobante. Como la Caja nunca giró semejante suma al banco, el interventor Fernando Bondesío denunció una posible estafa y la investigación se centró en el Banco Provincial de Santa Fe residual. El propio Carbone la define como engorrosa y difícil, pero asegura que todos los días registra avances. Ahora, el eje de la investigación consiste en saber si la fabulosa suma efectivamente se pagó y, en ese caso, quién la autorizó. Carbone ya sabe cómo era la estructura jerárquica que autorizaba los pagos, y ahora pidió al banco que le informe quiénes la integraban en 1992.
| |