| | La planta de Montenegro va a una licitación pública En los tribunales rosarinos se abrirán mañana los sobres de la licitación para comprar la quiebra de la compañía
| La fábrica de acoplados Montenegro, una de las más importantes en su rubro del país, definirá mañana su suerte en los tribunales rosarinos, una vez que el síndico de la quiebra se expida sobre la licitación del predio de siete hectáreas y las maquinarias de la planta localizada en Villa Gobernador Gálvez. La base para la compra de la quiebra está estipulada en poco más de cuatro millones de dólares y en el pliego se prevé que el inversor que se haga cargo deberá reincorporar al menos el 60% del personal. Al momento del cierre la fábrica contaba con un plantel de 60 obreros. La zanahoria del negocio para los inversores está en el predio de siete hectáreas y en el valor intangible de una marca que dejó su huella en un sector que en los últimos años vino siendo muy golpeado. Respecto de la maquinaria el interés parece ser menor, ya que por lo general no dispondrían de una tecnología adecuada para los tiempos que corren. Los representantes de la firma intentaron por todos los medios interesar a posibles inversores para vender la compañía, que al momento de las suspensiones en enero de este año. En sus últimos meses el nivel había descendido a 13 unidades, lejos del punto de equilibrio bajo el cual la empresa comenzó a descapitalizarse. Los ex obreros temen que en este primer llamado a licitación quede desierto y que se pase a una segunda instancia sin base para la compra de la quiebra. La preocupación estriba en que sobre la mitad del predio de 7 hectáreas -justo donde se encuentra la planta industrial- pesa una hipoteca del Banco de Córdoba por 2,2 millones de dólares, quien sería la primera en cobrar y que con eso alcance para que el inversor acceda a la posesión de la otra parte del terreno, maquinaria y la marca. En esa segunda instancia los potenciales inversores correrían además con otra ventaja. La legislación de la provincia mediterránea contempla para estos casos la reducción del 60% de los montos, lo cual significaría quedarse con la quiebra por 600 mil u 800 dólares. Por esta razón, los ex obreros consideraron que el proceso de licitación termine en un nuevo llamado para febrero del 2001 o, aún peor, un descenlace similar al que tuvo días atrás la planta de Massey Fergurson, que terminó en desguace. Los ex trabajadores, que desde que el 13 de marzo último levantaron una carpa frente a la planta, temen que un potencial inversor pueda hacerse cargo sólo del pago de la hipoteca reducida y se quede con las otras tres hectáreas, maquinarias y la marca, y que el pago de las indemnizaciones quede de lado. Así las cosas, los ex obreros de la planta poco a poco están viendo como se diluyen las posibilidades de volver a su antiguo empleo. Mañana en el juzgado civil Nº 11 se verá cuál es el rumbo que toma el proceso, cuando el síndico proceda a abrir los sobres.
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