Año CXXXIV
 Nº 48.980
Rosario,
miércoles  27 de
diciembre de 2000
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El debate sobre la evaluación a los ingresantes siguió ayer pero en calma
Docentes y estudiantes que se oponen al examen ganaron una batalla en Derecho

Laura Vilche

Paradójicamente mientras en Rosario el calor era ayer asfixiante, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se vivió un clima distendido. Los once consejeros que conforman la comisión Académica -un ámbito de debate no vinculante- discutieron por espacio de tres horas y media el polémico examen a los ingresantes que impulsa el decanato. De la reunión surgieron dos posiciones, una a favor de la evaluación y otra en contra, que salió ganadora. La primera contó con 5 votos a favor, mientras que la segunda cargó con 6 en su haber. Los estudiantes opositores a la medida no pudieron ocultar su satisfacción por el resultado del encuentro: Ganamos una batalla, se escuchó en un rincón. En tanto, los perdedores no se mostraron vencidos. Dijeron que ayer triunfó el buen nivel de debate, algo que había estado completamente ausente el jueves pasado durante el lamentable plenario del cuerpo máximo de la facultad, donde primaron los insultos y puñetes. Ahora el tema será nuevamente planteado en la comisión Administrativa para terminar en una reunión definitoria del consejo directivo, prevista para el 3 de enero próximo.
Las aguas estaban divididas desde el comienzo de la reunión. Por el oficialismo había dos docentes, un estudiante, un graduado y un no docente. Por la oposición, dos profesores y cuatro estudiantes. El decano, Ernesto Granados, estuvo ausente con aviso, y en su lugar asistieron el vicedecano Ernesto Luezas y el secretario académico, Marcelo Vedrovnick.
El proyecto en discusión plantea que se tome una evaluación a los ingresantes y de acuerdo al resultado se determine la condición de libre o regular.
El reglamento indica que las reuniones de comisión son privadas, pero cuando el calor comenzó a pegar duro, y la luz se cortó, no hubo normativa que pudiera imponerse. Se abrieron puertas y ventanas y pudo oírse un debate civilizado por parte de los representantes de los cuatro claustros.

A favor y en contra
El primero en hacer uso de la palabra fue Vedrovnick. Con el proyecto en mano, recalcó una vez más que el decanato acuerda con la filosofía del ingreso irrestricto que rige en la Universidad, pero resaltó los datos de un seguimiento realizado durante el 99. De los 2.580 ingresantes de ese año, 936 (37 por ciento) no rindieron ninguna materia hasta marzo del 2000. Rindieron y no aprobaron ninguna en el mismo lapso 349 (13,5 por ciento), lo que suma un 50 por ciento de ingresantes para los que se previeron servicios académico y físicos.
Los datos del secretario académico fueron puestos en duda por algunos docentes y la mayoría de los estudiantes opositores. Por los primeros, Gerardo Muñoz, profesor de Civil I, criticó el momento en que se planteó la discusión. Se presenta sobre el final del año, sin consulta. El criterio de la encuesta es estrictamente matemático y no se analiza el desgranamiento. Hay que pensar una iniciativa intermedia, remarcó.
Por los estudiantes opositores, Virginia Monsalve del MNR propuso conformar una comisión especial que trate el tema y que vaya más allá: No sólo hay que rever la situación de los ingresantes -señaló- sino de todo el ciclo básico.
Quien formuló una recomendación y fue apoyado tanto por oficialistas como por opositores, fue el profesor de Introducción al Derecho, Miguel Angel Ciuro Caldani, quien entre otros puntos propuso realizar una evaluación permanente del proceso de enseñanza aprendizaje, sobre todo entre los ingresantes y la formación de un gabinete psicopedagógico e insistir con el aumento del presupuesto.



La discusión de ayer en Derecho fue en calma.
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