Año CXXXIV
 Nº 48.980
Rosario,
miércoles  27 de
diciembre de 2000
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El diputado nacional del justicialismo relativizó los efectos del blindaje
Lamberto: El gobierno vive de títulos que jamás se llevan a la práctica
Crítico de la gestión aliancista, el legislador aseguró que el actual presupuesto es el peor de la década

Mauricio Maronna

"Para poner títulos, en el gobierno son maravillosos: instalaron la ley antievasión, pero la recaudación sigue cayendo; la ley pymes, pero nadie sabe si hay créditos. El presupuesto parece el libro «Rayuela», se puede leer de varias formas", apunta con acidez el diputado nacional justicialista Oscar Lamberto, pieza clave en la discusión que se llevó adelante en la Cámara de Diputados. Crítico de la gestión aliancista, el legislador le quita espectacularidad a los efectos del blindaje y califica de improvisadas a las expectativas de crecimiento que se trazan desde el Ministerio de Economía.
-El presupuesto se planteó, en términos económicos, como una cuestión crucial para el futuro. ¿Fue sobredimensionado?
-El gobierno hizo una sobrevaloración de un instrumento que es útil, pero que los argentinos ya lo tomaron como propio desde hace 10 años. No se trataba de una Guerra Santa, siempre dijimos que se iba a aprobar antes de fin de año. Es más, quien complicó el tratamiento fue el gobierno con sus dudas, sus marchas y contramarchas: en 60 días hizo tres presupuestos. Hubo diez cambios de política económica en un año. Ahora ponen como piedra salvadora al blindaje...
-Se dice que sin el blindaje hasta se hubiera complicado el pago de sueldos a estatales.
-El blindaje es consecuencia de un conjunto de malas políticas. Es la antitetánica que salió a pedir el gobierno porque se cortó primero, no es una solución a los problemas que vienen. Hicieron el presupuesto más desprolijo de la década. Si yo tuviera que explicarles a mis alumnos qué es lo que no tiene que ser un presupuesto, les mostraría lo que hizo el Congreso en estos meses. Parece Rayuela, la novela de Julio Cortázar: se puede leer de tantas formas distintas que, finalmente, tuvieron que poner un artículo para que el propio Ejecutivo lo entienda.
-Darío Alessandro dijo que a este presupuesto lo hizo Lamberto. ¿Fue una chicana?
-No fue una chicana... Lo que pasa es que hay que discutir muchas cosas políticas pero también cuestiones técnicas. Es un error debatirlo entre 257 personas, hay que trasladarlo al recinto, pero previamente deben analizarlo los especialistas. A la gente que está sin trabajo, el presupuesto no le cambia la vida en nada. Ahora el gobierno dice que el país no crecerá el 2,5%, sino el 5%. Me huele tanto a improvisación... Como nadie nos fiaba, salieron a pedir un blindaje externo. Esto no sirve para que la economía crezca, en todo caso puede ser útil para garantizar que el Estado renueve los pagarés durante el año.
-Reutemann dijo que el gobierno hizo terrorismo para aprobar el presupuesto.
-Es una constante de todas las leyes que se votaron este año. O sale la ley o es el abismo, dijeron siempre desde la Alianza. Acuérdense lo que pasó con la reforma laboral. Decían: O la reforma laboral o el desempleo eterno. Salió la reforma laboral, pero se perdieron 170 mil puestos de trabajo. Para poner títulos, en el gobierno son maravillosos: instalaron la ley antievasión, pero la recaudación sigue cayendo; la ley pymes, pero nadie sabe si hay créditos... Es decir, el gobierno vive de títulos que nunca se concretan en la realidad. Esto es como el cuento del lobo, el día que apareció nadie creyó...
-¿Cómo influye en el rumbo del gobierno el tironeo entre los sectores que piden un giro a la centroizquierda y los que están a favor del ingreso de Cavallo?
- Es que la Alianza tenía una única bandera: desalojar al peronismo. Eso unió a todos los sectores que estaban en contra del gobierno anterior, incluso a algunos justicialistas. Ahora tienen que gobernar, y no son lo mismo los socialistas que los sectores del establishment que apoyaron a De la Rúa. El gran dilema del presidente es la falta de políticas, sin contar que en el camino perdió a su vice. Esto contribuyó mucho a la pérdida de credibilidad en el país.
-Antes de la asunción de De la Rúa se preanunciaba una fuerte discusión doctrinaria en el PJ. Se le adjudica a algún gobernador haber dicho: Para qué vamos a discutir si la Alianza se cae sola.
-El peronismo tiene una dirigencia muy importante y muchos nombres relevantes que pueden ser alternativa en el 2003. Pero el debate es muy necesario, más allá de los candidatos. No hay más tiempo en la Argentina para esperar el día después. Debemos definir un modelo de país para el siglo que viene, no alcanza con discutir el modelo. Hay que pensar en las cuestiones estratégicas. No hay tiempo para flotar, o para que los mercados resuelvan por nosotros. La gente debe saber para qué nos vota.
-¿Será candidato a senador?
-Eso depende de las circunstancias, de la opinión de mi partido. Llevo demasiados años en el Congreso y no veo a la política como una carrera. Me encanta lo que hago, pero uno puede hacer política sin cargos.


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