Año CXXXIV
 Nº 48.979
Rosario,
martes  26 de
diciembre de 2000
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El unitario de Pol-ka se extendió por dos temporadas en Canal 3
Esta noche finaliza "Vulnerables: La última terapia grupal de la televisión argentina
El doctor Segura y sus pacientes salen de la pantalla por necesidades de producción

Marcelo Camaño

Después de dos años de tratamiento grupal, los pacientes del doctor Guillermo Segura llegan esta noche al final de la terapia. O al menos de la terapia televisiva de los martes a las 23, por Canal 3.
Vulnerables, el programa que fue premiado con el último Martín Fierro, se metió con lo más íntimo del ser humano: aquello que uno cuenta en el consultorio del terapeuta y que busca redimir con ansiedad, angustia y desesperación.
El unitario escrito por Mario Segade y Gustavo Bellati y producido por Pol-ka, fue el responsable del llanto y la reflexión del público que le dio los 13 puntos promedio de rating durante su vida útil. Uno de los logros del ciclo fue mostrar un espacio donde es posible referenciar nuestras experiencias con las de los demás. No es un grupo de autoayuda, pero los personajes encontraron un lugar donde mostrarse tal cual son y no están solos para enfrentar sus problemas. Un grupo humano dispuesto a contar las historias de cada uno y su relación con los demás.
Por otra parte, Vulnerables rompió con aquello de que la fuerza centrípeta de la historia recae en el barrio o en el lugar de trabajo. Aquí recayó sobre la patología de los pacientes del doctor Segura. Además, el ciclo contó siempre con una estética que recurrió al detalle, a primerísimos planos de manos, de ojos y de bocas, sobre personajes que no son locos de atar sino campeones del gesto contenido y la sonrisa torcida.
Y más de la tendencia a caer en ciertos estereotipos -el abc en la TV argentina- Vulnerables resultó un programa notable por sus historias, sus personajes, por los actores que pasaron por el ciclo y, sobre todo, por aquellos que resistieron hasta el final. Porque Vulnerables es un programa de personajes. Y en este sentido ni siquiera Jorge Marrale, en el papel del psicólogo Guillermo Segura, se la pudo llevar de arriba: su historia personal y una traumática experiencia profesional -hasta ahora nunca contada abiertamente- siempre se filtraron en su rol de observador con algo de titiritero.
Subyace en el imaginario popular que la Argentina es un país muy psicoanalizado, sobrecargado de gente que intenta paliar su dolor en el sillón de un psicólogo. Tal vez por eso nos va como nos va. Esta idea hizo del programa un espejo que identificó, traumas más odios menos, a la gran patria piscoanalizada.
Los pesares de los diferentes protagonistas caló hondo en el consumidor de unitarios que cada miércoles por la mañana, comentaba casi con fidelidad el episodio de la noche del martes en sus oficinas de trabajo o en el encuentro con los amigos.
Alguna crítica sostuvo, no sin cierta razón, que las penas de nuestros héroes y heroínas tenían demasiado anclaje con el sexo y con las relaciones parentales. ¿Acaso hay algo más conflictivo que la satisfacción personal y la relación con los padres?
Vulnerables tocó las diferentes maneras de tapar la sinceridad, habló de cómo se ocultan los conflictos por años y años, expuso el fértil camino de la hipocresía generalizada y sacó a relucir los prejuicios típicamente universales, aunque también los argentinos.

Las situaciones límite
En su primera temporada, el ciclo conmovió con algunas escenas que quedarán en la antología del público televisivo nacional: \- Jimena Soria (Inés Estévez) haciéndose pis encima en el medio de la calle.
- Jimena Soria completamente desolada y triste en una plaza en pleno invierno porteño, intentando entender por qué odia a su madre, la abrumadora María Elena (Leonor Manso), con quien tiene una relación simbiótica.
- Alejandra (Sandra Mihanovich) advirtiendo finalmente que no fue la culpable de la muerte de su hermano.
- Antonio (Gustavo Garzón), que se gana la vida fotografiando cadáveres, cortando su relación con Silvia, la novia policía que lo acosaba con amenazas.
- Roberto Chiti (Alfredo Caseros) dándole besos a las fotos de Nick Nolte.
- Roberto Chiti transando con un travesti.
- Roberto Chiti poniéndose de novio con Mónica, alguien que le trajo un poco de paz.
- Gonzalo Pierna Molina (Damián de Santos) discutiendo con su madre borracha en medio de una escalera, quien le reprochaba una educación cara que no valió de nada.
- La madre de Gonzalo declarando su amor a la novia de su hijo.
- Gonzalo Pierna Molina compartiendo la cocaína con su padre.
- El doctor Segura (Jorge Marrale) avergonzado por la obesidad de su hijo Lucas.
El segundo año, la cantidad de momentos sublimes se repitió: \- Jimena descubriendo a su madre en pleno juego sexual con Dominici (Javier Portaluppi), su marido.
- Cecilia Fusiak (Soledad Villamil) advirtiendo que no quiere estar con el Ruben (Fernán Mirás) porque es bruto.
- Roberto Chiti sufriendo por Enzo, su hermano delincuente devenido en pastor evangélico y soportando los embates de Dominga su futura cuñada, quien tiene el diablo en el cuerpo.
- Gonzalo entendiendo que su madre ahora tiene novia.
- Leopoldo (Alfredo Alcón) maldiciendo su suerte al haber perdido a su hijo preferido en un accidente, mientras que el otro hijo, sigue vivo.
- Lidia (María Leal) desencajada al poder expresar que su hermano la reprime a ella, como proyección de su propia represión.
Si bien estas fueron algunas de las muchas escenas del ciclo, lo que retomó con esfuerzo Vulnerables fue el valor de la palabra en televisión. Cada personaje tuvo su lenguaje, su manera de hablar y su forma en expresar el dolor.
Quedaron frases que cualquiera puede registrar en sí mismo, en el de al lado, en su pareja o en quien sea, frases que intentan plasmar amores, heridas, deseos, horrores, desastres afectivos e inconsciencias varias.
Vulnerables sale de pantalla por necesidades de producción. Pero, seguramente, al telespectador le queda la ilusión de que los personajes necesitan tomar vuelo propio. Lástima, que nunca sabremos que pasará con ellos, aunque lleguen al final de la última sesión con parte de sus conflictos superados. Quizá en estos dos últimos años se volvió a poner de moda la terapia de grupo: esa manera de compartir y buscar ayuda en el otro para resolver problemas propios. Lo cierto es que hoy, desde las 23, la cámara recorrerá por última vez los ojos de Roberto, la crispación de los labios de Jimena o las manos de Gonzalo, en medio de una sesión imperdible donde los pacientes del doctor Segura intentarán encontrar la manera de ser un poco menos infelices.



"Vulnerables" se destacó por sus historias, personajes y actores.
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