Gabriel González
Es ingeniero de profesión, pero sus años de experiencia al frente del grupo Telecom parecen haberle quitado los visos de solemnidad que suelen acompañar a los cuadros formados en las ciencias exactas. Juan Carlos Masjoan -de él se trata- no ahorra locuacidad e ironías a la hora de dar cuenta de sus puntos de vista sobre el tan dinámico como problemático negocio de las telecomunicaciones en el país, una actividad que lo tiene como uno de los protagonistas excluyentes.
El ejecutivo vino a Rosario el viernes pasado para inaugurar un call center en el macrocentro de la ciudad que costó casi 10 millones de pesos y brinda empleo a 700 trabajadores. En la ocasión, accedió a un diálogo con La Capital , en el cual criticó algunos puntos del decreto de desregulación. Advirtió que si no se producen cambios habrá dos o tres Argentinas también para la telefonía y planteó sus dudas con respecto de la posibilidad de conservar el número para el usuario que cambie de compañía telefónica: Costará caro, y la mayoría de la gente no la va a necesitar ni va estar dispuesto a pagar.
-¿Cómo les va con la competencia en la desregulación?
-Bien, y en algunos segmentos muy bien. En el sector de empresas somos ganadores netos, y eso va de las pymes a las grandes empresas. Antes los usuarios no tenían alternativa, pero hoy aún con más competidores que antes de la desregulación tenemos más clientes, ya sea que se los mida en líneas o tráfico. En usuarios residenciales de larga distancia también nos va bien. Perdimos un 6 por ciento de usuarios, pero hay que tener en cuenta que entraron muchos competidores. En el sur, donde entramos con telefonía básica, también estamos creciendo.
-¿El decreto reglamentario fue justo?
-Tal como salió no nos pareció justo, si bien algunas asimetrías se corrigieron en las discusiones. Nosotros no pretendíamos ventajas sino quedar en pie de igualdad con los operadores entrantes. La fórmula final fue bastante más balanceada que la original, pero deja un problema: cómo brindar el servicio universal en las zonas más remotas del país. Ese punto no quedó bien tratado.
-¿Quedó descompensado?
-Directamente no lo está. Si no se trabaja sobre eso también van a haber dos o tres Argentinas en materia de telecomunicaciones. La Argentina ya tiene un problema grande de distribución de riqueza. La Capital Federal tiene el doble de producto que las regiones Centro, Cuyo, Patagonia y 10 veces el producto de las provincias más pobres del país. El producto de la Capital es de dos millones por habitante, y hay provincias que no llegan a dos mil. Formosa, Santiago del Estero y Jujuy orillan esa cifra. En las telecomunicaciones hasta ahora no hubo desigualdades, porque la tarifa es la misma independientemente del costo que signifique dar el servicio. Pero esto no es sostenible en el tiempo, en la medida que la entrada de la competencia signifique un ataque sobre los mercados más ricos y quite rentas que permitían compensar los mayores costos.
-¿La portabilidad del número ante el cambio de compañía los puede perjudicar?
-Es otro problema que no está bien tratado. Dar la portabilidad numérica tiene un costo y el beneficio no es claro. Uno es sensible al problema de cambiar de número, pero el número tiene un significado geográfico. Es una dirección dentro de la red, y dar la portabilidad numérica significa perder la relación entre un número y esa dirección. Si esa relación cambia habrá que hacer una traducción del número discado al número verdadero geográfico.
-Algunos de sus nuevos competidores dicen que no es tan complicado.
-¿Por ejemplo?
-La gente de Techtel.
-Se puede hacer, pero tiene un costo. Pero habría que preguntarle a la gente de Techtel que digan qué hacen sus socios de Telmex en México, si allá funciona la portabilidad numérica.
-¿No hay?
- . . . (Hace gestos dando a entender la obviedad de la respuesta) El tema es muy muy fácil y se puede hacer. Bueno, Techtel es Techint, y Techint es Alcatel, y Alcatel vende equipos para hacer estas cosas. (Se ríe) Claro que se puede, pero más allá de que lo tendrá que decidir el gobierno, estimo que el costo va a ser prohibitivo y que la mayoría de la gente no va a necesitar ni va estar dispuesto a pagar.
-¿Y entonces?
-Acá ya existen los números portables, como los 0 800, que por cierto se hicieron con tecnología de Alcatel-Techint-Techtel. Eso tiene un costo diferencial, también está el 0 610. Para todos los usuarios se generaría un costo ineficiente. Yo propongo que haya números no portables y otros portables, y que reservemos un dígito para la portabilidad, lo cual significaría una solución técnica más sencilla. Esa llamada, que tendrá un costo distinto, deberá ser traducida.
-¿Que piensan cuando se dice que los servicios son caros en la Argentina y los apuntan a ustedes?
-Que no es cierto. No digo que la Argentina sea el país más barato del mundo pero no es el más caro. Después del rebalanceo, las tarifas residenciales de EEUU son muchos más caras, y cobran servicios que acá son gratis. Es cierto que en áreas locales reducidas se puede hablar sin límite de tiempo. Pero también es cierto que si uno llama de Queens a Manhattan paga larga distancia. Y también es cierto que llamar de Manhattan a Búfalo sale más caro que llamar a la Argentina.
-¿Los precios entonces no van a poder bajar?
-Los precios bajan por los costos de tecnología que se reducen, pero ello no significa que no seamos competitivos. Si fuera cierto lo que dice la gente, esto estaría lleno de gente que viene a llenarse de plata.
-Desde la Secretaría de Telecomunicaciones se habla de 6 mil millones de dólares en inversiones.
-Yo no veo que sea tan promisorio. Habría que ver como se concretan esos anuncios. Hay que invertir mucho, la cosa no es fácil.
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La Ciudad
