Los liberados vestían pantalones deportivos de la Red de Iniciativas por la Paz y una camiseta blanca con la palabra paz en el pecho y con el cabello recién cortado. Un primer grupo de 21 secuestrados llegó en un helicóptero con emblemas de la Cruz Roja, organismo que fue encargado de los procedimientos logísticos, acompañados del delegado presidencial Camilo Gómez. Entre llantos, abrazos y aplausos fueron recibidos los uniformados por sus familiares y compañeros de la institución, entre quienes estaba el director de la policía general Ernesto Gilibert. Se les brindo una cena típica de la región. Uno siente que regresaron a su policía y a su familia. Siento que en cada uno de ellos hay una expectativa muy grande. Vamos a hacer un trabajo para traerlos de nuevo a la institución, dijo Gilibert. En ora aeronave llegó el resto de agentes y militares a la finca Asturias de la policía donde un equipo médico de 70 profesionales en varias áreas de la salud, como psicólogos, psiquiatras, trabajadoras sociales, odontólogos y enfermeras, los atendió como medida preventiva antes de entregarlos a sus familiares. Unos 30 de los uniformados residen en Cúcuta, ciudad en la frontera este con Venezuela
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