Al año de su inauguración, la Torre de los Arabes (Bourj Al Arab), una suntuosa construcción que con sus 321 metros de altura es más alta que la Torre Eiffel y que está situada en una isla artificial de Dubai, en el golfo Pérsico, presenta colmada su capacidad de alojamiento para la noche de fin de año. Como era de esperar, en el hotel más lujoso del mundo -único con 7 estrellas- están las reservas agotadas para recibir al siglo XXI. Un dato particular es que las tarifas de la noche del milenio en el Bourj Al Arab rondan entre los 2.000 y 9.000 dólares. Su inmensa fachada de 2.000 metros cuadrados resplandece sobre el océano observada desde la lejanía. La silueta semeja un vela, que está recubierta por brillantes mármoles y azulejos e, incluso, por placas de oro de 22 quilates. Allí no hay habitaciones, sólo señoriales aposentos, con nombres que hacen referencia a diferentes diamantes orientales, como Yakuta, Feyruz o Zabaryad. Hasta los más pequeños, 164 dúplex de 178 metros cuadrados, disponen de mayordomo privado las 24 horas y la última tecnología interactiva para juegos y negocios, además de televisión digital con pantalla de plasma y sistema de sonido envolvente. Los pisos y paredes de las habitaciones están cubiertos por granito azul de Bahía y mármol italiano de Carrara, del que usaba Miguel Angel para esculpir. Entre otras comodidades cada suite incluye un baño de hidromasaje, que se desinfecta por sí solo después de cada uso. Las habitaciones más sencillas, las de un dormitorio, cuestan 2.000 dólares, pero también hay otras 28, de dos dormitorios, más caras y de mayor tamaño. Y si el huésped busca el colmo de la opulencia, por 9.004 dólares puede alojarse en cualquiera de las cuatro suites reales: 780 metros cuadrados de extensión, tres pisos con ascensor privado, recepción, sala de proyecciones y un vestidor. Cada habitación presentan una descomunal cama con dosel de seda, entre cuatro columnas de caoba, en la que caben sobradamente tres personas del tamaño de Luciano Pavarotti. Realmente sólo se baja desde el vestíbulo al nivel inferior, pero en un sumergible de 10 plazas, con vistas bajo el mar y peces que miran al interior desde el otro lado de los portillos.
| |