Los canallas cristianos tienen hoy un doble motivo de festejo: el 111º aniversario de Rosario Central y la Navidad. La lejana y lluviosa tarde del 24 de diciembre de 1889 un grupo de obreros y empleados del ferrocarril inglés se reunieron en un arrabalero cafetín del entonces pueblo de Alberdi, donde dieron forma institucional al equipo de fútbol y así nació el Central Argentino Railway Club.
En realidad, Central existía en los hechos desde que los obreros ingleses del ferrocarril que, como los argentinos, bajaron de los barcos, comenzaron a despuntar el saludable vicio del fútbol junto a los criollos en los terrenos linderos a los talleres del Cruce Alberdi y de Pérez.
Aquellos gringos llegados allende los mares comulgaron en el crisol de la redonda con los negros criollos y así, entre picados, desafíos y luchas por una vida digna le fueron dando forma a esa pasión incontenible por el fútbol, que nació y se forjó con la ciudad misma.
Las sepiadas crónicas de la época dan cuenta del carácter inconfundible del nuevo club, cuando recuerdan que en la primera asamblea los socios fundadores exhibieron su espíritu ruidoso y bullanguero, que distingue hasta hoy a los canallas, como una marca en el orillo.
Y ese carácter popular afloró tempranamente, cuando en 1903 una multitudinaria asamblea de socios que contó que con el notable apoyo de los trabajadores de los talleres de Pérez le imprimió al club un sesgo distintivo: sus integrantes no deberían pertenecer obligatoriamente al ferrocarril, como hasta entonces, y nacionalizó su nombre y comenzó a llamarse Club Atlético Rosario Central.
Y así Central comenzó a construir, orgulloso, su gloriosa historia como decano del fútbol argentino entre los clubes actuales, dado que sólo Quilmes y Gimnasia y Esgrima La Plata son más antiguos, pero sus orígenes no eran el fútbol sino el cricket y la gimnasia y la esgrima, no casualmente.
Central es desde su origen sinónimo de fútbol y pueblo. Como cuando tenía su secretaría en el viejo almacén del gringo Fuggini, en la esquina de San Nicolás y Catamarca, donde se reunían sus dirigentes, socios, hinchas y jugadores en ruidosas e interminables conversaciones.
Protagonista principal de los primeros torneos de la entonces Liga Rosarina, Central paseó su fútbol -mezcla misteriosa y distintiva de toque y garra- por las canchas del fútbol argentino desde 1939, cuando comenzó a jugar en los campeonatos de AFA.
Desde el primer día, una inenarrable cantidad de jugadores dieron vida a uno de los principales clubes del fútbol argentino, que ha cosechado logros importantes como ganar los primeros títulos por parte de un equipo del interior.
De igual forma, su incomparable hinchada lo ha acompañado a lo largo de su rica historia. Si sólo basta con recordar las fotos en blanco y negro del tren repleto de hinchas entrando en la vieja Rosario Norte luego de una victoria en Buenos Aires, el día que los canallas invadieron la pista de Fisherton y el avión que traía al equipo desde San Juan no pudo aterrizar, o el mejor carnaval que vivió Rosario, la noche del 22 de diciembre de 1971, cuando Central ganó su primer campeonato.
Así, Central ha recorrido una fructífera historia entre su particular estilo de fútbol bien jugado y aguerrido, una infraestructura envidiable entre el mejor estadio argentino para ver un partido y dos accesos al río, y la pasión y el folcore de su imcomparable hinchada, que lo acompaña desde hace más de un siglo. Como bien lo cantan ellos mismos: Central feliz cumpleaños, quiero que cumplas 100 años más.
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La Ciudad
