En una clara demostración del desconcierto que gobierna a su dirigencia, acorralada por un pasivo de 49 millones de dólares, River Plate se desprendió en las últimas horas de tres titulares indiscutidos como Juan Pablo Angel, Diego Placente y Eduardo Berizzo, y a cambio recibirá apenas 8.850.000 dólares.
El caso más curioso es el de Angel, quien pasó al Aston Villa de Inglaterra por unos doce millones de dólares y, sin embargo, a River no le quedará ninguna ganancia.
River, poseedor de la mitad del pase del delantero colombiano, se quedará con tres millones limpios por esa transferencia, la misma suma que pagó dos años atrás para contratarlo (500 mil por un préstamo y luego 2,5 millones por la opción de compra del cincuenta por ciento del pase).
¿Por qué a River le quedarán tres millones? Porque de los 4.250.000 que le corresponden, 1.250.000 serán destinados a saldar una deuda con el jugador.
Aunque parezca mentira, el club de Núñez solo quedó a mano por desprenderse de un jugador que, gracias a sus buenos rendimientos con la camiseta de la banda roja, supo ganarse un lugar en el mapa de los delanteros más importantes del fútbol mundial.
Como dato adicional, 3,5 millones serán gastados en los diferentes impuestos y porcentajes que le corresponden al colombiano.
Buenos y malos negocios
En tanto, por la venta de Diego Placente al Bayern Leverkusen de Alemania, a River le quedarán 5.850.000 limpios, ya que la operación se realizó en 8.850.000.
En este caso, River sí parece haber realizado un buen negocio, ya que se trata de un marcador lateral.
En tanto, la rescisión del vínculo con Berizzo no le reportará ningún dinero al club. El experimentado jugador ex-Newell's Old Boys, quien en enero de este año había acordado un préstamo hasta mediados del 2001, concluyó su relación con el club para marcharse al Celta de Vigo español.
Así, con los tres millones de la venta de Angel más los 5.850.000 por la ida de Placente, a River le quedarán 8.850.000, una cifra a simple vista escasa para un equipo que ya no podrá contar con tres de sus titulares.
La explicación no parece admitir dobles lecturas: el pasivo de 49 millones de dólares es una carga demasiado pesada para los dirigentes millonarios, que apelan a manotazos de ahogado de dudosa eficacia para reducir la deuda. La venta de Placente, Berizzo y Angel son la muestra más cabal de ese desorden.