Iván Noble, el cantante y líder del grupo de rock los Caballeros de la Quema, debutó como protagonista de Peluca y Marisita, la última película de Raúl Perrone, prolífico cineasta que acaba de terminar el rodaje de ese drama crudo y angustiante al que definió como una trágica historia de amor. El músico, que interpreta a Peluca, un joven sin horizontes que intenta abrirse paso a los golpes en una sociedad que lo asfixia, explicó que ser protagonista fue una experiencia muy interesante; todavía no tengo idea cómo terminará y ni siquiera sé si salgo airoso, pero confío mucho en Perrone porque sabe muy bien lo que hace. Muy lejos de la nostalgia irónica y el humor sarcástico con el que retrataba el mundo en sus filmes anteriores, aquí Perrone expone un grado de violencia y una crudeza -tanto en el tono como en el tratamiento visual- que hacen de su nueva película una obra muy dura y angustiante, no apta para paladares delicados. Lo que quería hacer esta vez era una historia de amor... una trágica historia de amor. La película tiene mucha violencia y la muestra sin ningún tipo de concesiones, seguramente a causa de los días violentos que estamos viviendo, afirmó Perrone en un alto del rodaje que duró seis días y se desarrolló íntegramente en la localidad bonaerense de Ituzaingó, donde vive desde que nació. El realizador, que gestó una abultada filmografía de bajo presupuesto y factura independiente, ultima también los detalles para ampliar a 35 milímetros y estrenar su último largometraje, La Felicidad, un día de campo, que fue protagonizada por Tom Lupo y el rockero Stuka, y tiene la particularidad de haber sido filmada en Súper 8, un formato de cine hogareño. Noble, que al igual que Perrone vive en Ituzaingó y a partir de enero conducirá desde la Costa Atlántica un programa de radio en la Rock and Pop Beach, comentó que su personaje es un pibe contemporáneo, de un sector social absolutamente en picada como es la clase media baja, una clase que está pauperizándose todo el tiempo. Y agregó: Eso supone que se meta en líos y en situaciones oscuras, que se enfrente a personajes siniestros para mantener su dignidad y para salvar una panza de dos meses, lo cual le otorga un rasgo de antihéroe romántico. El cantante ya había hecho pequeñas apariciones en tres obras de Perrone como Labios de churrasco, 5 pal'peso y Graciadió. Para rodar Peluca y Marisita, Perrone -que ya filmó en casi todos los formatos cinematográficos existentes- eligió una vez más el video digital por dos razones: el tratamiento especial del color que precisaba la historia y la comodidad que permite una cámara de pequeñas dimensiones para involucrarse por completo dentro de la acción. A diferencia de otros filmes, en esta película me involucré hasta las pelotas. La cámara es como un testigo más, es como si el espectador se metiera dentro de los personajes, porque está presente todo el tiempo en la acción y eso, por momentos, la hace agobiante y claustrofóbica, explicó el realizador. Con respecto al tono violento que impregna al filme y modifica la vida de los personajes, el cineasta manifestó: La violencia en este país está en la calle, está todo el tiempo presente, nos rodea por todas partes. En la película muestro una parte muy cruda y fuerte de la violencia cotidiana. Si «La Felicidad» hubiese tenido este tono se hubiese convertido en una tragedia. Ahí todo es más absurdo y patético, pero en esta película las mismas situaciones hubiesen desembocado en una verdadera tragedia y en muerte, dijo Perrone. En ese sentido, Noble añadió: Creo que es una historia que puede suceder en cualquier lado: un pibe juntando el billete para poder construirse una casita, para poder tener un crío, para tener un poco de dignidad. Y el camino hacia esa dignidad está plagado de personajes y situaciones de mierda y de un medio absolutamente jodido y hostil.
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