Igual que hace un año, el gobierno confía en que las medidas de confianza hacia los mercados permitirá que Estado y empresas consigan préstamos con intereses más bajos que los usurarios de los últimos meses, un sueño para que se verifique en la realidad el círculo virtuoso que pueda empinar la economía y con ello una señal de esperanza y hacer que la Alianza pueda llegar a las elecciones parlamentarias de octubre con expectativas.
Esa parece ser la utopía del blindaje, esa masa por 39.700 millones de dólares -no todos realmente consolidados, por caso los cambios de los bonos de la deuda por 7.000 millones de dólares por otros a más largo plazo-, que permite zafar de la catástrofe del default ya que asegura a los acreedores externos que cobrarán sus intereses. Esa es la realidad, que es la única verdad como decía el viejo General. No debería mirarse esta operación como una virtud: si los pronósticos de crecimiento prometidos al comenzar el 2000 se hubieran cumplido, y a ellos concurrieron errores como el impuestazo y el recorte salarial que contrajo la demanda, la crisis no hubiera llegado al borde del abismo como lo reconoció José Luis Machinea.
Nada es gratuito en esta tierra y menos cuando los bancos prestan plata. El FMI, el gran auditor de estos tiempos, monitoreará cómo se cumplen las metas fiscales ahora con un margen mayor que hace un año, pero es un durísimo compromiso que envuelve a todos los gobernadores. Si para la Nación se prevé un déficit de 6.800 millones de pesos, para las provincias superan los 3.200 millones y algunas, como la de Buenos Aires, deben medir muy bien sus pasos para poder solventar sus gastos. Congelar gastos y bajar el rojo a cero para el 2005, es una tarea titánica.
Pero sobre todo, se exigirá que se apresure la reforma previsional y que se reglamente la desregulación de las obras sociales, el lado que tanto duele a las organizaciones sindicales. El primero, es un punto de confrontación dentro de la Alianza, lo que obligaría a De la Rúa a recurrir al decreto de necesidad y urgencia. Que lo haga en enero, le recomiendan, aún quienes no comparten esa medida, pésima señal para una opinión pública que recibe sólo pálidas.
Corea del Sur en 1997 y Rusia y Brasil, en 1998, accedieron a la Facilidad Suplementaria de Reservas, el blindaje, con suerte diversa, y aunque se evitó la cesación de pagos, los rusos ya no pueden afrontar ahora sus compromisos. Por eso habrá que verificar que lo que fue pensado para no poner en riesgo el sistema financiero de muchos países, se puedan conseguir beneficios aquí. No es una ecuación sencilla, pero que reclama a corto plazo crecimiento sostenido y señales políticas que le den sentido a la Alianza y capacidad para dar vuelta la página de la herencia recesiva recibida y la incapacidad para revertirla para que a fines del 2001 no se regrese el pánico.
Se enfría la economía de EEUU
La hipótesis del equipo económico transita, entre otros pronósticos, por una depreciación del dólar por el enfriamiento de la economía norteamericana que hará descender la tasa de interés de la Reserva Federal, acaso antes que George W. Bush se siente en la poltrona de la Casa Blanca. Aunque ese descenso es positivo respecto a cuanto tendrá que pagar la Argentina por esa parte del blindaje que no proviene del FMI y de otros organismos financieros -porque sus tasas (ahora desconocidas) serán más altas que aquellas- hay que recordar que cuando EEUU tiene un poco de temperatura, la economía mundial suele enfermarse. Hay síntomas de febrícula: aumento de la desocupación (subió fuertemente el número de pedidos de subsidios esta semana), de balances en rojo de grandes corporaciones, la caída de los valores de la nueva economía, disminución del consumo incluso en las vísperas navideñas, que perfilan un tiempo de posible recesión como reconoció el futuro vicepresidente. Si la nueva administración norteamericana baja los impuestos que alienten consumo e inversión allí, no es improbable que se seque aún más la perspectiva de que los capitales vengan a estas tierras.
Estos datos pueden marcar limitaciones adicionales para la nueva etapa, que carece de un plan de lluvia en caso que no se cumplan las profecías. Sin embargo, el desaceleramiento de la economía norteamericana le preocupa menos al ministro que un dólar fuerte, su gran apuesta. Machinea oyó a los administradores de fondos de inversión en Manhattan que podrán ir capitales productivos si la economía argentina exhibe capacidad de crecimiento.
¿Cómo hacerlo? La Alianza supone que hay un espacio para aprovechar y es este el marco del reencuentro de los protagonistas de lo que ha sido el binomio presidencial que redefine a la coalición, lo que no significa que sus protagonistas olviden sus diferencias y agravios mutuos. Una coalición es un proyecto político, no necesariamente un convenio de cariño entre sus integrantes, aunque es necesario buena fe y convicciones de que son necesarios mutuamente. Es lo que le pasa a este entendimiento inédito.
El verano es el test
La difusión del plan que Alvarez le envió al primer mandatario revitalizó a quienes creen posible revisar las reglas actuales de la Alianza, incluso dejar de lado a Alvarez. Hay por lo menos dos ministros, curiosamente fuertes defensores de Chacho en el pasado, que han acumulado rencores que cuentan en voz alta. Todo escenario de quiebre se esfuma cuando se piensa en la correlación de fuerzas en el Parlamento o en las perspectivas electorales de dos partidos compitiendo uno contra otro, dándole más espacio al peronismo. Pero la cumbre del reencuentro fue cordial, los dos comentaron a sus íntimos su satisfacción. El ex encontró receptivo al presidente y lo dejó con la preocupación de la mala señal que significa la reforma previsional aunque no cree posible revertir el compromiso. No hablaron de Machinea aunque sí de ideas para revitalizar la economía. Para Chacho, el ministro es una desilusión constante y no sabe si el presidente que le dio estos días todos los afectos posibles, realmente cree que puede ser el conductor del despegue.
En los dos círculos íntimos se habla de 60 días para luego ver y actuar; habría que pensar que el primer bimestre no será bueno por efectos del arrastre negativo del 2000, que en marzo se podrá verificar si crecen los pimpollos. La consigna sería, parafraseando a Alvaro Alsogaray: Hay que pasar el verano.
Como Chacho es consciente de que le demandan que acepte funciones puntuales del Estado, le propuso al presidente la integración de una comisión entre funcionarios y parlamentarios que ayuden a Colombo (el jefe del gabinete) a lanzar iniciativas y ver como se concretan. El la integraría y encontró eco. De todos modos en el radicalismo y dentro del Frepaso, es cada vez más fuerte la idea de que él debe ser el cadenero porteño cuando se elija el nuevo Senado. Por ahora, el ex mira para otro lado cuando se habla del asunto. Sus amigos, aún venciendo algunos desplantes, le crean escenarios para recolocarlo en el primer plano. La reunión de intendentes del Frepaso la armamos para darle una gran tribuna, cuenta alguien metido en esta puja para motivarlo. Es cierto que se descompuso y no pudo ir a la clausura, pero tampoco imaginó enviarles un mensaje grabado o por teléfono. Sin ser un desaire, dejó plantada a la mesa ejecutiva del Partido Socialista Popular, a donde se había comprometido concurrir horas antes de la terrible ingesta.
El propio encuentro del Frente Grande, mucho más movido y crítico de lo que se informó, se hizo a pesar de su propio conductor. A veces nos parece que cree que ninguno de nosotros sirve, confiesa un legislador que cuenta del descontento existente en esa corriente. Pero todavía solamente él puede mantenernos unidos y en una sola dirección; sigue siendo un gran estratega, agrega la voz. Razonan que si no define su rol en esta nueva etapa -que es algo más que ser el jefe de uno de los socios- todo puede enredarse nuevamente.
El lugar para Chacho
Federico Storani, al igual que Raúl Alfonsín, imaginan la creación de una Mesa de la Alianza, con Chacho y el líder radical, integrada por la UCR, el Frente Grande y el Socialismo Popular. El PSP no piensa abandonar el Frepaso porque quieren profundizar la experiencia de la Alianza, intentando rescatar el perfil de opción al neoliberalismo. Pero buscan, quedándonos en ese espacio difuso que se llama Frepaso, mantener su propia identidad.
Chacho ha sufrido un objetivo traspié en su intención de desplazar a Machinea mediante la división de la cartera económica que hizo trascender como parte del memorando al presidente, difusión que provocó insidias: que el ex vicepresidente retornaba porque De la Rúa había logrado el blindaje o que no quiere estar afuera cuando vengan tiempos de vacas gordas. Es una apreciación voluntarista que supone que el Edén está al alcance de la mano. Hay un hecho objetivo: Machinea no hubiera revelado una supuesta confesión de Chacho para incorporar al gobierno a Domingo Cavallo sin haber detectado ese malestar contra el jefe del Frepaso. Alvarez niega que haya ofendido al ministro de Economía proponiendo a Cavallo. Sí fue cierto que en aquel secreto encuentro, le pidió al ministro que diera un paso al costado.
El presidente y Chacho charlan, por teléfono, más de lo que se dice y Cavallo ha sido un tema. La idea de conformar una comisión pluripartidista para la reforma tributaria, tendrá al ex ministro como su titular, según una fuente de sus entrañas, aunque tan solo se dedique a inaugurar sus tareas y a resumir sus conclusiones. Hay dudas: ¿Cavallo, es capaz de transformar el tributarismo en un instrumento de equidad distributiva e inversión, habida cuenta que bajo su gestión se dio la concentración de ingresos más injusta desde que Juan Perón modificó la distribución de la renta nacional? \
Cavallo múltiple
Cavallo negocia además convenios electorales con Carlos Ruckauf y con José Manuel de la Sota. No con Carlos Menem, que se conforma que los gobernadores lo tengan como referente del PJ. Eso sí: no puede hablar por ellos sin consultarlos. El bonaerense piensa que Cavallo-Gustavo Beliz, derrotados en conquistar la comuna porteña, podrían alzarse con las dos senadurías del distrito donde la Alianza tiene uno de sus grandes desafíos que explica la ilusión de una dupla Alvarez-Cecilia Felgueras. Menem lanzará a Mauricio Macri, el exitoso presidente de Boca Juniors a guisa de un Palito Ortega del fútbol, como el unificador del justicialismo porteño. Demasiadas variantes que obligarán al peronismo, tal vez a fines de febrero, a definir su estrategia electoral. Pese a lo mal que le va a la Alianza, los dirigentes del PJ sienten que no canalizan el descontento y que le brotan iniciativas por izquierda, como la que encabezan Néstor Kirchner o el padre Luis Farinello, ilusionados por recibir el descontento del Frente Grande.
El gobierno sabe que el enfoque economicista fracasó, que el 2000 fue un tiempo perdido. La esperanza que generó la Alianza en su momento, fue sobre todo la posibilidad de un cambio cultural respecto del menemismo que abarcaría el Trabajo, la Justicia y la Educación, los tres ejes que definieron a la coalición. En todos, los resultados son magros. Una nueva etapa requiere una recreación de la política, darle a la gente una esperanza, al tiempo que se trabaja firmemente para alcanzarla. Por ahora, la Navidad llega triste.