| | cartas La vuelta al campo
| Me dirijo a los pilares de la economía argentina para recordarles que nuestros abuelos que compraron los primeros lotes de campo en la pampa húmeda, lo hicieron pensando en vivir cerca del horno, es decir en la misma fuente de recursos para la supervivencia. En el predio adquirido estaba instalado su rancho, más el criadero de pollos, cerdos, vacas, la consabida quintita de las verduras, el horno para el pan casero. No había heladeras, las bebidas se refrescaban en piletas para riego. Las mujeres estaban atentas al cacareo de las gallinas para ir a recoger el huevo, porque sino se lo comían los perros de la casa. El transporte era el sulky de la casa, ni siquiera había bicicletas. El ahorro formó el sistema de vida. Así de fácil los gringos formaron la pampa húmeda. Ahora los señores estancieros no viven en el campo. Viven en la ciudad y los hijos tienen grandes y lujosos autos. Cuánto tiene que costar un quintal de trigo para sostener tanta farra. Señores estancieros: si ustedes no vuelven al campo de sus amores, por más que le recen a los santos no volverán los rayos solares a iluminar sus sembrados para atenuar las deficiencias que carcomen sus economías. Manuel Mangione
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