Al cierre de un año recesivo y muy difícil para la industria agroalimentaria argentina, las expectativas para el próximo ciclo se presentan aparentemente en alza para los empresarios del sector. Así lo revela la cuarta encuesta realizada por el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (Iica) Argentina.
De acuerdo a la percepción empresaria que recabó el estudio la situación de los mercados internacionales para los productos alimentarios argentinos se presenta buena en algunas áreas, aunque la falta de acceso al financiamiento tanto del sector de grandes empresas como entre las pymes sigue siendo el factor limitante del crecimiento en este rubro.
La crisis de la BSE en Europa desató procesos encontrados, indica el Iica. Por un lado, el incremento de demanda de harina vegetales lo que debería mejorar la posición de soja y subproductos, un trigo con stocks mundiales en disminución y la duda qué sucederá con las carnes.
Percibimos que la Argentina, con una buena información al consumidor estaría en inmejorable posición para seguir vendiendo carnes al viejo Continente y, mas aún, incrementar su posicionamiento, sintetizan los especialistas del Instituto.
De un detalle pormenorizado sobre la percepción de los empresarios surge que habría una recuperación, por ahora pequeña, del optimismo sobre el futuro.
Consultados sobre las expectativas para el 2001, las respuestas se dividieron casi matemáticamente en tres tercios en cuanto a que sería mejor, igual y peor. Es decir, casi el 70% de los encuestados, puede ser considerado optimista.
Es importante señalar que el 25% de los encuestados son empresas grandes y el resto pymes. La visión del próximo año varía un poco entre ellas. De las primeras, el 45% opina que el 2001 será mejor, mientras que el 30% de las pymes opina igual.
Es interesante señalar que, analizando las respuestas por destino de la producción (es decir exportación o mercado interno), no se nota diferencia en cuanto a los que opinan que será mejor, pero sí las hay en cuanto a que será peor, en este caso, el 32% de los encuestados no exportadores opina que será peor el año, mientras que el 26% de los exportadores opinan que será igual.
Las expectativas de crecimiento económico del país variaron demasiado respecto de las encuestas anteriores. Entre las empresas exportadoras se percibe una mejora de las expectativas considerando que, si bien sólo el 38% espera aumentarlas -frente al 53% y 44% del segundo y tercer trimestre respectivamente- disminuyó notablemente la proporción que espera que se reduzcan, sólo el 12% en relación al 28% que así opinaba el trimestre anterior.
Respecto del tipo de cambio, se incrementó notablemente la proporción que lo considera inadecuado y las empresas exportadoras son las que en mayor proporción así lo expresan (57% frente al 30% de no exportadoras).
La evolución por actividad
Se preguntó a los empresarios en cuánto esperaban que creciera su actividad el próximo año y cuáles son los principales factores que lo limitan.Respecto de las perspectivas de crecimiento no se detectaron diferencias entre empresas grandes y pymes y el nivel promedio osciló entre el 6,8% y el 6,6% respectivamente.
Analizada la respuesta entre exportadoras y no exportadoras, comienzan a notarse diferencias. Mientras las primeras firmas esperan un crecimiento del 8%, las segundas apenas hablan del 5%. Pero, si se analizan las respuesta por por rubro de operación, los distintas percepciones se amplían notoriamente.
Las empresas frutihortícolas encuestadas aguardan un crecimiento del 18%, mientras que las cerealeras (incluidas algunas arroceras) creen que el saldo será negativo. En tanto, los frigoríficos encuestados que esperan en promedio un crecimiento del 5,2%, respondieron antes de la última crisis de la BSE en Europa.
Los límites del crecimiento
Los principales factores limitantes del crecimiento enunciados por los encuestados por el Iica fueron: el financiamiento (acceso, costo y falta de orientación a la pequeña y mediana empresa) y la recesión del mercado interno.
Además, se citaron aspectos como la incertidumbre política y económica, la falta de políticas activas, la inoperancia de organismos nacionales, los costos internos del país (transporte, servicios), la competencia desleal a través de la evasión, la concentración de las cadenas de distribución, barrera para arancelarias de otros países a los productos argentinos y la ruptura de la cadena de pagos.
Analizadas las respuestas por tipo de empresa, el financiamiento sigue siendo un problema tanto para grandes como para pequeños empresarios. Sin embargo, para los primeros no es el principal problema como lo es para los pequeños.
La recesión en el mercado interno y el tipo de cambio es similar para ambos. Es interesante señalar que el 10% de las pymes señalan al sistema impositivo como una restricción al crecimiento mientras que apenas el 3% de las grandes lo hizo. Con respecto a las empresas exportadoras y las orientadas al mercado interno, el financiamiento sigue siendo el principal obstáculo al crecimiento y en similar proporción entre ambas.
La diferenciación entre empresas comienza a notarse respecto a la recesión del mercado interno donde la que la sienten son aquellas firmas exclusivamente orientadas a él. Y el tipo de cambio sólo afecta a las exportadoras.
La Ciudad
