| | Hugo Marino fue acusado de alentar el odio racial Procesan al editor de una revista por promover la discriminación La decisión del juez federal Omar Digerónimo constituye el primer antecedente en el interior del país
| Gabriela Zinna
El juez federal Nº4, Omar Digerónimo, procesó al editor de la revista La Verdad de Pérez, Hugo Marino, por entender que en un artículo publicado el 21 de mayo de 1999, bajo el título El poder. Los árabes y los judíos (turcos y moises), violó la ley antidiscriminatoria. Marino había escrito que la raza judía y la raza árabe a nivel común son buenas, pero cuando tienen oportunidad buscan el poder y el oro y se corrompen. El apoderado de la Daia Rosario, Diego Czarny, subrayó que la resolución judicial es muy importante en la lucha contra la discriminación, ya que es el primer antecedente en el interior del país. El 30 de julio de 1999 la Daia local, a través de su apoderado, presentó una denuncia en los Tribunales federales contra Hugo Marino, acusándolo de violar la ley Nº23.592 (ley antidiscriminatoria) en la editorial publicada en el Nº22 del 21 de mayo de 1999, de la revista La Verdad de Pérez. El caso fue dado a conocer por La Capital el 4 de agosto de 1999, oportunidad en la que este medio dialogó con Marino (ver aparte). El artículo que originó la causa judicial Nº236/99, titulado El poder. Los árabes y los judíos (turcos y moises), conlleva una crítica abierta contra lo que el autor denomina la raza judía y la raza árabe. Entre otras cosas, subrayó que dichos grupos cuando tienen oportunidad, buscan el poder y el oro y se corrompen. Marino escribió además: Hace muy poco (mayo de 1999) se reveló que los cinco hombres con más poder en la Argentina en estos últimos años eran tres de raza árabe y dos de raza judía y en este orden: Menem, Yabrán, Emir Yoma, Beraja y Corach.... Luego se preguntó: ¿Qué fue lo que caracterizó y caracteriza a estos cinco hombres? Lo que salta a la vista es su pasión por el poder y el dinero. Luego dedujo que las almas árabes y judías tiene mucho en común y ofrecen grandes posibilidades de compatibilidad, porque ambas se inclinan para el mismo lado, y señala que era el oro. En otro pasaje del texto indicó que así como los judíos están obligados a amar el oro, puntualmente en el caso de ejercer el poder no es extraño que Menem, Emir Yoma y Yabrán, los poderosos de turno, les haya sucedido lo mismo. En la denuncia realizada por Czarny, se destacó que el artículo contiene diversas expresiones de marcado contenido racista, antisemita y antijudío al tiempo que apuntó que esas expresiones alientan al odio y a la persecución contra un grupo de personas a causa de su religión o nacionalidad. El abogado señaló que Marino atacó a los judíos en particular, tildándolos de que aman e idolatran el oro y el dinero, provocando de esa forma una profunda profanación de la fe monoteísta del judaísmo. El fiscal federal Nº1, Ricardo Vásquez, consideró que el autor de la nota habría alentado e incitado a la discriminación de las personas de ascendencia árabe o judía. Por su parte, la perito psicóloga Leonor Rodríguez entendió que debe considerarse que la influencia del escrito es altamente peligrosa. La especialista subrayó que la nota genera procesos individuales y colectivos, en los que insta a desarrollar una actitud prejuiciosa hacia estos grupos étnicos (judíos y árabes) que puede desencadenar inclusive reacciones violentas. El juez resolvió procesar a Marino por la presunta violación de la ley antidiscriminatoria. El artículo 3º de la ley Nº34.592 señala que serán reprimidos con prisión de un mes a tres años quienes por cualquier medio alentaren o incitaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas. Consideramos que es un antecedente muy importante en la lucha contra la discriminación y el antisemitismo en la Argentina, resaltó Czarny, quien además dijo que la resolución del juez Digerónimo constituye el primer antecedente del interior del país. El apoderado de la Daia local indicó que es de esperar que esto sirva como basamento para que cualquier persona o comunidad que se sienta discriminada sepa que tiene los instrumentos legales y las instituciones del Estado de derecho para resguardar la vigencia de las garantías constitucionales. Czarny finalizó remarcando que es necesario fortificar la conciencia de la ciudadanía para denunciar cualquier tipo de discriminación, y luchar para que sea castigada.
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