| | Una extorsión que terminó en un quebranto en el Bisel de Montes de Oca El tesorero de un banco denunció que tuvo que darle $ 150 mil a 2 ladrones Dice que dos hombres amenazaron a su familia en su casa y le exigieron que volviera con la plata. Y eso hizo
| Hernán Lascano
Ayer a la mañana desaparecieron 150 mil pesos de la bóveda del Banco Bisel de Montes de Oca, en el departamento Belgrano, como efecto de una situación fugaz y desconcertante. El tesorero de la entidad denunció que dos hombres lo interceptaron en el pasillo de su casa y lo intimidaron con armas de fuego y unas pocas palabras. Sabemos que adentro está tu familia. Volvé con la plata que te pedimos. Si hablás con la policía no los ves más. Cumplió a rajatabla. A los 45 minutos retornó al umbral de la casa con el dinero requerido. Asegura que no les contempló las caras y que tampoco los vio irse. El hecho es extraño por donde se lo mire. No se trató de un asalto habitual ni tampoco hubo toma de rehenes: los familiares del tesorero jamás se enteraron que había intrusos en el pasillo de la casa. Y no existió la menor agresión física. El tesorero del Bisel de Montes de Oca tiene 46 años y acredita 23 años de antigüedad en esa entidad. Vivió y trabajó siempre en ese pueblo situado entre Las Rosas y Cañada de Gómez. A las 6.50 de ayer el empleado, cuyo nombre no fue suministrado, caminó el largo pasillo al aire libre que media entre su casa interna y la calle. Según su denuncia, en mitad del trayecto dos hombres le salieron al cruce y le ordenaron bajar la vista. Mientras le brindaban sus extorsivas instrucciones alternaban datos que lo convencieron, según dijo, de que conocían tanto a los integrantes de la familia como sus ocupaciones. Volvé con 150 mil pesos. Te esperamos, lo amenazaron. Todos los días, por una disposición del jefe de la Unidad Regional con sede en Las Rosas, en todos los pueblos del departamento Belgrano un empleado policial pasa a buscar a los funcionarios bancarios que tienen control del tesoro. Según contó a este diario Julio Pallavidini, jefe de esa departamental, sobre las 7 de la mañana el comisario de Montes de Oca recogió al tesorero en un auto policial. Ambos hombres se conocen desde jóvenes y son amigos. Pero mientras iban arriba del patrullero el tesorero no mencionó una palabra sobre lo que acababa de ocurrirle. El banco está ubicado a una cuadra y media de la casa del tesorero. Los dos hombres hicieron una parada en la comisaría para buscar una llave de la bóveda y luego pasaron por la panadería. El comisario despidió a su amigo en la puerta del banco y el tesorero entró. Al policía nada le había llamado la atención. Pallavidini relata que, según la denuncia, a la primera persona a la que el tesorero le confió lo que pasaba fue a una empleada del banco, minutos antes del horario de apertura de la filial. Hay dos tipos que tienen amenazada a mi familia y me esperan en casa. Tengo que llevarles 150 mil pesos, le dijo mientras embolsaba los fajos. Enseguida salió. Cuando llegó a la casa se internó en el pasillo donde lo esperaban sus visitantes. Estos le recordaron la orden de que no posara sus ojos en ellos. En un instante la bolsa cambió de manos y los dos hombres se despidieron. Casi sin esperar, dice la denuncia, el tesorero entró en su casa y comprobó que su hija y una amiga que se había quedado allí aún dormían. Su mujer ya había salido hacia la escuela de Las Parejas donde ejerce como vicedirectora. El relato del hecho inédito en principio volcó las sospechas contra el mismo tesorero, que estuvo preventivamente arrestado, aunque la jueza penal de Cañada de Gómez, Ana María Bardone, ordenó su libertad. Cerca de las 8.30 el propio Pallavidini llamó a la esposa del funcionario a la escuela y le preguntó si sabía lo que había ocurrido. La mujer repuso que no tenía idea. Y aseguró que no había visto a nadie al dejar su casa para el trabajo. Cuando su marido había salido ella estaba bañándose. Hubo sospechas policiales sobre la posibilidad de que la extorsión fuera una fábula del tesorero y eso motivó su arresto. Pero es una persona del pueblo, reconocida y honorable. Además hace mucho que trabaja en el banco, reconoció Pallavidini. El libro de resultados contables del Bisel de Montes de Oca tiene desde ayer un quebranto de 150 mil pesos. Hasta anoche no había un sólo dato del destino de esa plata.
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