Año CXXXIV
 Nº 48.973
Rosario,
martes  19 de
diciembre de 2000
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Desactivan una bomba en la catedral de Milán
Los investigadores no descartan que se trate de la mafia o de algún grupo de extremistas políticos

Milán. - La policía desactivó ayer una bomba de tiempo en el techo de la catedral de Milán y funcionarios dijeron temer que el incidente esté vinculado con las disputas políticas en Italia antes de las elecciones generales de 2001. La policía milanesa explicó que la bomba estaba activada para estallar a las 3 (hora local) de hoy, pero fue desactivada cerca del mediodía de ayer. Nadie se adjudicó de inmediato la responsabilidad por instalar la bomba.
La bomba, fabricada con aproximadamente un kilo de material explosivo, estaba dentro de un recipiente para alimentos y de una bolsa, colocada contra una de las miles de torrecillas en el techo de la catedral. El artefacto fue encontrado por un guardia de seguridad en uno de los pasillos del techo de la histórica arquitectura gótica, uno de los principales atractivos para los turistas en Milán y sitio tradicional para la celebración de marchas.
Miles de visitantes suben a diario al techo para admirar las estatuas y las torrecillas. El subsecretario del Interior, Massimo Bruti, dijo que la policía antiterrorista Digos, que con frecuencia pesquisa crímenes con posibles vinculaciones políticas, estaba investigando el caso.
Dos magistrados especularon que la bomba podría estar vinculada al ambiente preelectoral en Italia. Hay elecciones nacionales programadas para la primavera boreal y el clima político ya es sumamente candente entre la centroizquierda y la centroderecha. Este es un indicio preocupante, porque se da durante una campaña electoral ya en marcha que ha tomado ya un tono discordante, expresó el magistrado Gerardo D'Ambrosio, radicado en Milán, que ha investigado actos de terrorismo.
Confiábamos en que recurrir a las bombas como instrumentos de política fuese cosa del pasado, pero desafortunadamente ese no parece ser el caso, aseguró, agregando que esperaba que la bomba fuese obra de un maniático, en lugar de un grupo político específico. Debemos poner un freno inmediato a tales episodios y enviar un claro mensaje a quienes recurren a este tipo de estrategias, de que eso es algo absolutamente inaceptable, agregó.
Pietro Grasso, un fiscal en Palermo, Sicilia, dijo que la bomba le recordaba la campaña de terror liderada por la Mafia en 1993, que hizo de sitios del patrimonio cultural italiano blanco de sus atentados. Las bombas detonadas en 1993 dañaron una galería de arte en Milán, la renombrada Galería Uffizi en Florencia, la catedral de San Juan de Letrán en Roma y una iglesia pequeña en la capital. Esos atentados explosivos dejaron 10 muertos. Esto me lleva de regreso a 1993. Hoy, como entonces, nuestro patrimonio artístico recayó bajo este ataque, dijo Grasso.
Políticos de derecha e izquierda se unieron para condenar cualquier posible regreso de la violencia política. El primer ministro Giuliano Amato se reunió con el jefe máximo de la policía para discutir los últimos progresos de la investigación.


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