El Ministerio de Seguridad bonaerense será muy severo con los aspirantes a policías provinciales involucrados en el escándalo ocurrido el fin de semana en la cena de graduación de unos 600 cadetes, que terminó en destrozos, agresiones a un mozo y denuncias de robo de objetos de valor, afirmó ayer el titular de esa cartera de Estado, Ramón Verón.
Verón dijo que los incidentes en la escuela policial Juan Vucetich, situada en Berazategui, fueron un hecho desgraciado, una vergüenza, un caos y prometió, desde la fuerza policial, dar un escarmiento a los responsables de los incidentes.
El ministro sostuvo que la escuela no tiene que nada ver con esto y sólo prestó las instalaciones. Y subrayó que la celebración fue organizada exclusivamente por los cadetes. El comisario retirado dijo que ahora se está a la espera de los resultados de la investigación penal y administrativa. Y, en base a eso, vamos a ser muy severos con los que estuvieron involucrados.
Verón confió en que dentro de muy poco tiempo podrá contar con los resultados de esa pesquisa para castigar a los culpables y dijo que lamentablemente se vio involucrada la institución por haber facilitado el predio como es habitual desde hace 30 años.
Una cena de película
Todo ocurrió en la noche del viernes, cuando unas 2.400 personas asistieron a una cena organizada en la sede de la Escuela de Policía Bonaerense Juan Vucetich para celebrar la graduación de 635 cadetes que se convertirán en los futuros oficiales de la Policía provincial. Ese día, por la mañana, se hizo entrega de los diplomas a los cadetes egresados, y como es tradicional, por la noche se realizó la fiesta a la que asistieron ellos, sus familiares y amigos en dependencias de la institución situada en el Camino Centenario, en Berazategui, al sur del Gran Buenos Aires.
Sin embargo, el encuentro dejó de ser una fiesta cuando familiares de los egresados esperaron durante más de dos horas que les sirvieran la cena. Queremos comer!!!, comenzaron a gritar a coro los asistentes mientras batían palmas.
Pero cuando llegaron los platos de pollo deshuesado con salsa de champiñones y peceto fileteado, los familiares de los egresados aseguraron que la comida estaba en mal estado, y en medio de gritos y nerviosismo, algunos agredieron a los mozos y a un encargado del servicio de catering para reclamarles la devolución de los 36 pesos que habían pagado por la cena.
En medio del caos, se cortó la luz cuando la banda de música de la institución intentaba aplacar los ánimos. Fue entonces cuando un grupo de invitados comenzó a destrozar la vajilla, las copas, las jarras de vidrio e incluso intentó prender fuego una de las carpas.
Una de las asistentes, identificada como Norma Teresa de la Magdalena, denunció que le sustrajeron un bolso con dinero y objetos personales. Mientras, el disc jockey Luis Ceolato, que había sido contratado por los cadetes, aseguró que le sacaron un equipo de música, cuatro baffles y un amplificador, valuados en 7 mil pesos.
Algunos actuaron como vándalos, porque aprovecharon el corte de luz para saquear y destrozar todo -dijo Ceolato-. Hubo cosas muy raras, como que no cerraron las puertas de ingreso, y la gente cargó las cosas y se fue... Es más, me contaron que un oficial iba de la mano con su familia y en el otro brazo llevaba un baffle de 40 kilos.
Autoridades policiales que participaban de la ceremonia resolvieron llamar a la comisaría tercera de Berazategui, cuyos efectivos secuestraron los alimentos que debían servirse para depositarlos en heladeras de la escuela a la espera de que la Justicia ordene someterlos a pericias.
La Ciudad
