| | cartas Funes no aprecia a los rosarinos
| Los rosarinos queremos a Funes, pero el gobierno de esa ciudad no quiere a los rosarinos. El gobierno municipal funense inventa cada temporada medidas expulsoras. Basta considerar que aquellos terribles embotellamientos se han superado porque vamos y volvemos por calle Córdoba o por Mendoza o por la autopista. Funes queda hoy a 15 minutos de Rosario. Pero el intendente Míguez, una buena persona, parece no entender cómo Funes debe crecer para convertirse en un polo turístico fenomenal. La ciudad parece una inmensa cárcel, los lomos de burro dan miedo. Es un modo de arruinar autos. Funes y sus adyacencias contienen viviendas hermosas de inversiones colosales, pero la ciudad no se desarrolla. Hace 40 años que en vez de ser gobernada como el centro turístico del sur y centro provincial, la tratan como a un pueblito de zona rural. Ahora que es tan fácil ir a Funes, su gobierno hace difícil disfrutar su clima, su verdor y su paz. No basta pagar sueldos puntualmente para ser gobernante. Olga Del Rosal
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