Año CXXXIV
 Nº 48.973
Rosario,
martes  19 de
diciembre de 2000
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Binner pronostica que el año próximo será "mejor para todos los rosarinos"
Se mostró preocupado por la situación social, aunque optimista. Su desafío para el 2001 es erradicar las villas

Pedro Squillaci

La situación social que atraviesan numerosas familias de la ciudad es preocupante, pero el año próximo tiene que ser mejor para todos los rosarinos. Con estas palabras, el intendente Hermes Binner ensayó ayer un optimista pronóstico de cara al 2001. Y no dudó en afirmar cuál será su apuesta más grande: El mayor desafío para la ciudad es comenzar a erradicar las villas miseria de Rosario.
La cercanía de Navidad y Año Nuevo fue la excusa ideal para que el intendente diga cómo ve el futuro de los rosarinos. La Navidad es nacimiento y todo nacimiento es esperanza. Nosotros esperamos que para estas fiestas se dé el reencuentro de la familia rosarina y que sumemos voluntades para un año mejor, anheló Binner.
Estas declaraciones fueron formuladas a La Capital minutos antes de participar de un encuentro en el que el ánimo de la Municipalidad fue precisamente sumar voluntades. Es que el Fondo de Emprendimientos Productivos (FEP) está proyectando la construcción de un centro tecnológico de uso común para todos los talleres mecánicos de la ciudad. Relevamos 2.880 pequeñas empresas que ofrecen servicios de reparación de automotores y están a punto de desaparecer por su alto nivel de precariedad y la alta competencia de las grandes marcas, precisó la directora municipal de Empleo, Alicia Siciliani.
Estos datos le dieron el pie al intendente para repetir una frase que no por remanida es menos cierta: El desempleo es el problema más grave que tiene esta ciudad. Pero no dudó al decir que el panorama para el año entrante es más alentador. La pendiente de desocupación se quebró y tuvimos un 0.7 % de incorporación de trabajadores al sistema productivo -agregó-, si esta curva se mantiene en el año próximo podemos ser más optimistas.
Binner no eludió el tema de los reclamos de sectores carenciados por fuentes de trabajo, que hasta levantaron una carpa en las narices de la Municipalidad. Es lógico que la gente exprese sus necesidades porque no se está viviendo bien, indicó, y se mostró positivo en este punto: Aunque la pobreza es muy grande, nunca temimos un desborde social.
Una de las obsesiones del intendente es el plan que se lanzará el año próximo con la erradicación de villas. Esta etapa que arranca en el 2001 beneficiará a 41 mil personas que habitan en el 45 % de los barrios marginales de Rosario. Y no es sólo levantar paredes, sino que permitirá incorporar a la gente a una actividad social para que ingrese a la economía formal, precisó.
Quizá el programa de erradicación haga factible que el año que viene haya más rosarinos que puedan levantar una copa de sidra para despedir el año, concluyó.



El intendente Hermes Binner reflejó su optimismo.
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