Año CXXXIV
 Nº 48.973
Rosario,
martes  19 de
diciembre de 2000
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Un año inolvidable para Boca
El torneo Apertura coronó la excelente campaña xeneize en el 2000

El título del torneo Apertura logrado por Boca Juniors fue la frutilla que coronó la excelente campaña del equipo en el 2000, luego de ganar la Copa Libertadores y la Intercontinental.
Boca, que conquistó su decimonoveno campeonato, ratificó su favoritismo superando a River Plate, su clásico rival, que se quedó con las ganas de obtener el tricampeonato local luego de adjudicarse el Apertura 1999 y el Clausura 2000.
Cuando comenzó el torneo Boca y River rápidamente se encaramaron como los favoritos para quedarse con el título, restándole posibilidades al resto.
Las aspiraciones de River se cimentaron en un plantel formado por grandes figuras y por la vuelta del delantero Ariel Ortega, repatriado de Italia. El rápido ensamble en el equipo del Burrito Ortega junto con el mediocampista de creación Pablo Aimar y los delanteros Javier Saviola y el colombiano Juan Pablo Angel formaron lo que la prensa local llamó los cuatro fantásticos.
Pero una pubialgia que arrastró Aimar hasta el fin del torneo, cuatro fechas de suspensión a Ortega por insultar a un juez de línea y algunos altibajos de Angel fueron la clave para que el equipo de Américo Gallego no pudiera sostener el ritmo al final de la competencia.
Mientras River penaba con los malos resultados y una feroz política interna en el club, el equipo de Carlos Bianchi, quien le dedicó el título a su familia y a su perra, hacía gala de una envidiable regularidad.
Los lujos y pisadas del Divino Román Riquelme, los goles del infalible Martín Palermo y la columna vertebral integrada por sus tres figuras colombianas, Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna, fueron la fórmula del éxito de Boca.
Con esas armas, el campeón quedó a la vanguardia del torneo y hasta llegó a tener ocho puntos de diferencia sobre su más cercano y eterno rival River, al que le dio la primera cachetada al eliminarlo de la Copa Libertadores. Los compromisos internacionales, incluyendo la Copa Mercosur que luchó pero no pudo alcanzar, no distrajeron la atención de los xeneizes.
Ganar el título continental en Brasil y la copa mundial de clubes después de 72 horas entre viajes de ida y vuelta a Japón desgastó el rendimiento físico de Boca.
Esa ventaja que no supieron capitalizar sus rivales pudo haber sido determinante, pero Boca aguantó con fuerza y continuó su camino al título, que pudo haber perdido de no ser por la irregularidad de los demás equipos y especialmente de River, que desaprovechó su oportunidad en las últimas fechas.

Los eternos carteles
Horas después de que Boca se adjudicara su tercer título del año, gran cantidad de afiches fueron pegados en las calles porteñas con humoradas dirigidas a River, en una costumbre que comenzó hace varios años.
Los carteles muestran una gallina acostada en un diván y se ven las piernas del supuesto psicólogo que la está atendiendo, con un epígrafe que reza: Campeón Torneo Apertura 2000 (foto).
La moda de los afiches en la vía pública se inició con el vigésimo quinto título de River. Un día después aparecieron los carteles con la inscripción: Gracias por otra alegría. Al siguiente campeonato y luego de festejar un nuevo título, los carteles se repitieron.
Sin embargo, la respuesta de Boca no se hizo esperar. Luego de ganarle a su archirrival un superclásico, apareció el mismo cartel: Gracias por otra alegría, pero en el pie del afiche, a modo de firma, aparecía el escudo de Boca.
Rápidamente los simpatizantes de River tuvieron su venganza con un cartel similar, pero con el agregado del apellido del juez de ese partido (Horacio) Elizondo, en alusión a que el árbitro había favorecido a Boca en el 2 a 1 de 1997, en el Monumental.
Luego, y ante la victoria del año pasado de Boca sobre River, por 2-1, aparecieron carteles con la leyenda: River Juniors, en letras grandes, y más abajo un irónico: Es hora de que usen el apellido de papá.
Otro mostraba un cochecito de bebé con una gallina adentro, en alusión a la paternidad de Boca sobre River, y también otro en el que se veían las medias y los botines de Boca, seguidos por pollitos. Esa imagen fue premiada en un concurso internacional.


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