Año CXXXIV
 Nº 48.973
Rosario,
martes  19 de
diciembre de 2000
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Rock de los barrios porteños
Los Piojos presentaron su último álbum con una fiesta en la cancha de Atlanta

Los Piojos hicieron vibrar a 25 mil personas el domingo en el estadio de Atlanta, en el porteño barrio de Villa Crespo. El grupo presentó su sexto y último disco Verde paisaje del infierno, en un recital de casi tres horas en el que los músicos volvieron a demostrar con sus nuevas canciones que es una de las bandas más convocantes y consolidadas del rock local.
Los cánticos, las bengalas, las banderas, el calor de la gente, el marco de la cancha y veintiocho buenas canciones, fueron más que suficiente para conformar una auténtica fiesta rockera.
El quinteto de El Palomar arrancó a toda máquina con María y José, el mismo tema que abre Verde paisaje del infierno, siguió con Te diría, un clásico de su segunda placa Ay, ay, ay, y con otro de los nuevos, Labios de seda.
Los Piojos demostraron que valió la pena esperar tanto por su quinto disco de estudio cuando tocaron Luz de marfil -el estribillo rocanrolero más coreado y bailado por la familia piojosa-, Vine hasta aquí, Media caña, Ruleta y Fijate, interpretado en voz por el bajista Miguel Micki Rodríguez.
Ciro, que lució la camiseta número 16 de la selección argentina regalada por el volante riverplatense Pablo Aimar, se adueñó del escenario en temas como Taxi boy, Pistolas y Arco, y conmovió con sus letras en Todo pasa y Muy despacito.
Los aires candomberos de El balneario de los doctores crotos dieron paso a la primera despedida y luego llegaron los bises con Merecido, Muévelo, Ruleta, Genius y San Jauretche, una crítica directa a la historia de la clase política argentina.
El reloj marcaba la 1.30 y por el límite horario para el espectáculo, Ciro dedicó al Gobierno de la Ciudad el doble cover Around and around, de Chuck Berry, y la versión de Moris de Zapatos de gamuza azul, donde se destacó el tecladista invitado Alvaro Torres y además subió al escenario El Tanque, el bajista de La Renga.
La clásica despedida fue con Finale, el homenaje que Los Piojos les brindan a sus incondicionales seguidores leyendo cada una de las banderas que rezan la asistencia perfecta de los cien barrios porteños, el Gran Buenos Aires y las localidades más remotas del interior.


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