El golpe de gracia

Cuando el país es un bondi

Silvio M. Valli

Todos los sábados a las 20 en punto, un bondi se estaciona en el estudio de Telefé. De él desciende una fauna, rara mezcla de artistejos, modelaje, política y deporte. Nicolás Repetto, cual palafrenero -voz en cuello- en forma gritada, harto ininteligible, va dándoles la bienvenida.
Nicolás Repetto (a) Nico, for-ever púber, Peter Pan devenido chofer de bondi, con impresentables ondas capilares sobre su rostro, onda look pendex-viejo y vocabulario ad-hoc, preside una suerte de oficio-sacramental-laico-manducatorio, confesional y decadente, donde se suceden mononeurales preguntas con respuestas mononeurales.
Todo se mezcla con secuencias de dudoso gusto denominadas Macho Bus, Villana de Turno, y sí, merecidísimos Premios Remo. Prácticamente las dos horas largas del programejo son el aperitivo para un gran duelo final al estilo La hora señalada, aunque no tan cruento, pero duelo al fin.
El asunto funciona así: luego de eliminaciones intermitentes -bolillero mediante- estilo Agatha Cristhie (Los 10 indiecitos) o Expedición Robinson, dos sobrevivientes serán los protagonistas estelares de la noche, de una suerte de cópula mediática, arrojando fálicos corchitos que deberán ingresar en vaginales copas. El que arribe primero al clímax orgásmico-lúdico será el ganador de un auto 0 Km. Nada mal y... Fin.
El altísimo rating de Sábado Bus, que así se llama el engendro en cuestión, para un horario maldito como el sabatino entre las 20 y las 22.30, es un patético barómetro de lo que no hacen millones de personas a esa hora. Es para reflexionar, bah... si se quiere, máxime que por estos días, luego de entablada una feroz disputa entre dos poderosas empresas televisivas por la posesión exclusiva de ¡¡Sábado Bus!! finalmente Canal 13 se lo birló a Telefé... ¡Y business son business! Todo un éxito.
Mi Outsider Personal, que es un tanto lento y que se quedó con las primeras líneas de esta columna, me reprochó: Y... que quiere, Don Valli, que los invitados bajen de limousines, en un país bondi. ¡Out... qué cosas dice!