Año CXXXIV
 Nº 48.972
Rosario,
lunes  18 de
diciembre de 2000
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MAR DEL PLATA
Pálida defensa del título liviano de la Hiena Barrios
Derrotó por puntos a un discretísimo rival dominicano radicado en España

Impreciso, falto de distancia y ante un discretísimo rival, el bonaerense Rodrigo la Hiena Barrios (58,500 kilos) se impuso por puntos al dominicano Laureano Ramírez Padilla (58,9) y retuvo por segunda vez el título mundial de los livianos juniors de la UMB en el combate principal de la velada que tuvo lugar en el segundo piso del Centro de Educación Técnica Número 1 marplatense.
Estos fueron los guarismos de los jurados estadounidenses que marcaron anteanoche la victoria, en forma amplia y unánime, del actual monarca: Kevin McCall, Jhon Porturaj y Eugene Grant, 120-108.
El polémico y controvertido titular mundial de los superplumas no pudo cumplir con su vaticinio de ganar por nocaut antes del cuarto round frente al veterano pugilista dominicano radicado en España.
Algo que Barrios había pronosticado durante la conferencia de prensa que se realizó el viernes, luego de la ceremonia del pesaje.
Muy lejos de aquella actuación que en julio del 99 en Italia frente a Silvano Usini le sirvió para adjudicarse el cetro ecuménico en la órbita de la Unión Mundial de Boxeo (UMB), y que hasta el momento nunca pudo repetir, la Hiena Barrios continúa ratificando una notable involución en su boxeo.
Si bien se pudo observar una buena preparación física y la misma decisión de siempre de ir en busca del combate, es llamativa la imprecisión, los problemas para encontrar la distancia y las -cada vez más acentuadas- falencias defensivas del oriundo de Tigre.
No se puede desconocer que los zurdos se tornan algo complicados y máxime cuando además cuentan con algunos recursos técnicos, como los que esbozó el moreno retador radicado en la ciudad de Cataluña, donde compatibiliza el trabajo de gimnasio con el volante de un taxi.
Pero no hay que engañarse, Padilla es un supergallo inflado en el crepúsculo de su carrera pugilística. De allí que viajó tantos kilómetros tan sólo con la aspiración de ser partenaire y tratar de durar en una confrontación mundial. Pero nada más.
Convicción instintiva, agresividad y guapeza son los elementos más destacables de este Rodrigo Barrios, que cada vez equidista más de los preceptos académicos de esta dura disciplina.
El jab de izquierda, mano de apertura y de contención, que además de abrir el camino y fabricar los blancos marca la distancia, prácticamente nunca fue utilizado por la Hiena. Y la factura de golpe, cada vez más ineficiente por la carencia ortodoxa de donde parten los envíos.
Por eso pensar que Barrios puede abandonar este boxeo mediocre en el cual esta nueva entidad le permite moverse para intentar cruzarse con los campeones de las organizaciones mundiales de primer nivel (Floyd Mayweather, Diego Corrales y Popo Freitas) es prácticamente una utopía.


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