Un jubilado italiano de 80 años, veterano de la Segunda Guerra Mundial, apareció ayer a la mañana asesinado por sofocación en el interior de su pequeño almacén ubicado en la esquina de pasaje Tiscornia y Riccheri, en pleno barrio Parque. El cadáver fue encontrado tirado en el piso del local y tenía los pies y las manos atadas fuertemente entre sí con cables y cintas de persianas. Los investigadores policiales no descartaban ninguna hipótesis al respecto, aunque hasta ayer la más contundente se inclinaba hacia un presunto intento de robo. Este es el cuarto caso en lo que va del año de ciudadanos italianos que son víctimas de homicidio en esta ciudad. Si bien este hecho se distingue de los otros porque no ocurrió dentro de la vivienda del anciano asesinado, fuentes judiciales no descartaban que detrás de esos violentos episodios opere una banda.
Luis Brugognone, viudo desde hace más de un año y medio y sin hijos, fue hallado ayer a media mañana por una mujer que lo ayudaba con la atención del negocio. Lo que primero llamó la atención de los vecinos fue la demora de Brugognone en abrir como todos los días, es decir siempre antes de las 7.30. Como el tiempo pasaba y no había novedades del comerciante, unos vecinos de la cuadra llamaron a la empleada que poseía llaves para ingresar al comercio, también vecina del barrio.
Al trasponer el portón ubicado por Tiscornia 2901, la mujer se encontró con el hombre sin vida tirado en el piso, prácticamente en el medio del local. De inmediato se le dio aviso a la policía. El cuerpo de Brugognone estaba flexionado hacia adelante con los pies y las manos entrelazados con cables de electricidad y cintas de persianas. Casi en posición fetal, precisó una fuente policial. Una pericia forense previa realizada ayer en el lugar del hecho reveló que el deceso fue por sofocación. La policía halló un trapo rejilla y una almohada con los cuales se habría ejercido una fuerte presión sobre el rostro, a tal punto que le fracturó el tabique nasal.
También se encontró un resto de vómito sobre la cara, lo que indicaría que el jubilado pudo ahogarse al ser sometido a una asfixia mecánica. La jueza de instrucción en turno, Alejandra Rodenas, ordenó la realización de una autopsia para confirmar fehacientemente las causas de la muerte. Por otra parte, el cuerpo no tenía otros signos de violencia. No había heridas cortantes ni de arma de fuego.
Un ingreso no violento
El lugar donde ocurrió el crimen consta de un salón ubicado sobre la esquina de Riccheri y Tiscornia, un patio y una casa antigua de dos plantas con una escalera que viene de la terraza y desemboca en el patio. El sitio parece de fácil acceso desde los techos linderos. Efectivos de la Brigada de Homicidios y de la seccional 5ª revisaron el lugar y no encontraron ninguna abertura forzada, lo que hace suponer que la víctima pudo conocer al o los asesinos y que por algún motivo les haya facilitado el acceso al lugar. Otra posibilidad es que los homicidas hayan ingresado por los techos y sorprendido al jubilado en el patio cuando se disponía a abrir.
Según contaron vecinos del lugar a La Capital, Brugognone era un ex combatiente de la II Guerra Mundial y cobraba desde hace varios años una remuneración otorgada por el gobierno de Italia. Vivía en Tiscornia 2880, a unos cincuenta metros del lugar donde apareció asesinado ayer. Si lo mataron para robarle algo de dinero, ¿por qué lo hicieron dentro del negocio y no en la casa, se preguntaba ayer un investigador policial. Es que el lugar donde Brugognone apareció sin vida y maniatado es un almacén modesto, donde se venden productos de limpieza, artículos de cotillón y galletitas, entre otras cosas.
Una mujer que vive justo enfrente de la casa de Brugognone reveló a La Capital que el anciano estuvo el sábado a la noche en su casa. Lo vi en el balcón, escuchando el partido de fútbol por la radio, contó. Ese dato indicaría que el hombre fue atacado ayer antes de abrir al público.
El crimen conmovió a los vecinos. Sucede que el jubilado, de carácter fuerte, pero amigable, vivió durante más de 30 años en barrio Parque. Cuando llegó desde Europa tras la culminación de la guerra, Brugognone se dedicó al oficio de albañil y se afincó durante los primeros años en La Paz al 600. Pero cuando se iniciaba la década de 1950 se instaló en la vivienda de Tiscornia al 2800 junto con su mujer. Incluso llegó a construir y vender dos casas ubicadas sobre el mismo pasaje, pero a las alturas 2913 y 1916. Al parecer el matrimonio gozó de prosperidad económica. Según sus vecinos, el hombre poseía al menos tres propiedades más que alquilaba, además de su casa y el almacén.
Luis enviudó hace un año y medio. No tenía hijos y la única familiar cercana es una sobrina de su mujer. Quienes lo conocían en el barrio decían ayer que no necesitaba atender un negocio para vivir. Lo hacía sólo para ocuparse de algo, dijo una mujer. Además, había sufrido numerosos asaltos, en varios de los cuales fue violentamente agredido. Cuando sus conocidos le sugerían que cerrara y se dedicara a otra actividad, Brugognone solía responder: Sino trabajo, qué querés que haga.