"Todos somos culpables de la corrupción", afirmó Karlic

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Estanislao Karlic, aseguró ayer que la culpa de lo que nos pasa no solamente está fuera de la Argentina, sino que está en nosotros y enfatizó: Tenemos una Nación que tiene que servir al mundo.
Karlic, quien ayer presidió el Jubileo de los Políticos, dijo que en la reciente reunión con el presidente Fernando De la Rúa le presentó el centro, el corazón de la declaración que hicimos días antes.
Dijimos que la crisis es muy profunda, fundamentalmente moral, por eso señalábamos de esa manera a la corrupción, no solamente entre quienes pueden ser funcionarios sino en general en la vida de Argentina, manifestó Karlic.
El purpurado sentenció que de la corrupción somos responsables todos, unos más, otros menos. Pero tenemos que decir que la culpa de lo que nos pasa no solamente está fuera de la Argentina, sino que está en nosotros.
Una Nación tiene que tener capacidad para superar la coyuntura, y aspirar a un gran futuro, no sólo para satisfacer a nuestra juventud, para que no se nos vaya, sino también para servir a nuestros hermanos, continuó Karlic.
Además, el titular de la Conferencia Episcopal explicó: Tenemos una Nación que tiene que servir al mundo. Nosotros tenemos que ser capaces también de acompañar la vida de otros países. Por nuestra ciencia, por nuestra universidad, también por nuestros productos.
Añadió en que además insistió ante el gobierno nacional en que debemos y podemos salir de esta situación. La Nación argentina, como otras que no son las más fuertes y poderosas del mundo, tienen la posibilidad de reacción frente a los problemas sociales, económicos, políticos, si es que actuamos con sabiduría y responsabilidad.
Acerca del encuentro con De la Rúa y los más altos funcionarios nacionales, añadió: Lo que nosotros les dijimos -y ellos lo aceptaron muy bien, no sólo el presidente, sino quienes lo acompañaban- es que es necesario proponer caminos, proponer proyectos.
Ellos dijeron que querían acompañar las inquietudes de la Iglesia y nosotros tenemos que aprovechar que ellos hayan dicho eso, porque significa que tenemos posibilidades de decir: bueno, trabajemos todos, cada uno desde su campo, concluyó Karlic.