| | Editorial Apoyo al trabajo rosarino
| En una decisión que hay que saludar como muy positiva y digna de emular en otros casos, en tanto posibilita la libre manifestación de la voluntad de los vecinos en un tema que les atañe y que, de alguna u otra manera, influirá sobre su vida cotidiana, la Municiplidad lleva adelante una consulta popular para decidir qué modelo de refugio para pasajeros tendrá el demorado y zaherido nuevo servicio de transporte. Lo hace con seriedad y sin escatimar esfuerzos, como que dispuso que las empresas nacionales y extranjeras que participan en la licitación monten en el Parque de la Bandera una muestra de los prototipos a escala real contemplados en sus propuestas. Muestra a la que hasta hoy, cualquier rosarino puede visitar en la costanera, a la izquierda del Monumento, con el objeto de emitir luego su voto. Este verdadero ejemplo de democracia directa, que otorga una encomiable transparencia extra a la licitación, ha posibilitado también que la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario elevara públicamente su voz con el objeto de requerir a la Municipalidad que, en el momento de decidir, tenga en cuenta a los profesionales de la ciudad, tanto para el diseño como para la construcción de las paradas. La mejor manera de poder crecer es haciéndolo primero desde el mercado interno, sostuvo la entidad en medio de la prolongada y profunda crisis económica que padece el país. No se puede sino coincidir con el criterio de los industriales. Es que sería un verdadero despropósito que, pudiéndose favorecer a empresas y mano de obra locales, se optara por alguna propuesta foránea o, incluso, extranjera, como por ejemplo la sorprendente importación de refugios británicos iguales a los que existen en Londres; es decir, sin adaptación a la circulación por la derecha, que es la que rige en nuestro país. También, como los franceses, que ignorando la capacidad de la mano de obra local ya han traído obreros desde ese país para montar la exhibición de los refugios. Por supuesto que sin olvidar los distintos parámetros -diseño, calidad, costo y financiamiento- que también hay que contemplar en el momento de decidir sobre una cuestión de tanta relevancia y proyección, no caben dudas de que lo más conveniente a los intereses generales de la sociedad es que finalmente se opte por favorecer a las empresas locales. Es que de esa manera se estaría apoyando al trabajo argentino, que representa el gran tema de peocupación de todos en estos tiempos de crisis profunda y prolongada. La economía nacional pasa por un momento difícil en extremo, con una secuela lamentable: el alto índice de desempleo que castiga sin piedad a los sectores de la sociedad con menores posibilidades de subsistencia. Esta realidad, que influye tanto sobre los asalariados como sobre las actividades productivas que operan desde el consumo, exacerba los espíritus y constituye caldo de cultivo de eventuales rebeliones. Una manera de que esto último no ocurra es apoyando al trabajo argentino, en el cual Rosario tiene una participación fundamental.
| |
|
|
|
|
|
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|