Una partícula microscópica es el blanco al que disparan funcionarios, veterinarios y productores, el virus de la fiebre aftosa. Es una enfermedad de los animales que rara vez se contagia al hombre. Se caracteriza por una subida repentina de temperatura, seguida de erupción y ampollas en la boca del animal. Las ampollas aumentan de tamaño y revientan, haciendo difícil el proceso de alimentación, y también se produce la apertura de pezuñas. La enfermedad mata a los animales jóvenes y hace que las hembras preñadas aborten. En abril de este año la Argentina se sacó la carga de haber sido un país con ganado infestado, lo que la había relegado de los mercados internacionales. Sin embargo en agosto el fantasma de la aftosa recorrió nuevamente los campos argentinos. El virus casi no ataca al hombre, pero ha devastado haciendas y producido graves consecuencias económicas en los países que lo padecen.
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