Newell's Old Boys le baja el telón a un año mediocre frente a un equipo al que le gustaría ocuparle el lugar. Es que los rojinegros hace rato que no pelean por cosas importantes, ni siquiera por ingresar a los certámenes sudamericanos, y Talleres llega a la última fecha del Apertura a Rosario con la chance, remota tal vez, de obtener su primer título profesional. El partido irá a las 17.10, por TV codificada en directo para Rosario, aunque la transmisión central será el encuentro entre Boca y Estudiantes. La expectativa, la adrenalina que genera estar a las puertas de algo importante la pondrá Talleres, un equipo que viene asomando con un potencial interesante en los últimos tiempos. Porque obtuvo en el 99 la última edición de la Copa Conmebol y porque quedó a las puertas de la clasificación de la Copa Libertadores y la Mercosur en la última temporada. Y ahora siguió en la misma senda, con la chance meritoria de poder alcanzar el título. Con 36 puntos está a dos de Boca y a uno de River, y las matemáticas le dan margen a la ilusión. Para dar la vuelta hoy deberá esperar que Estudiantes le gane a Boca y que River no venza a Lanús. Pero también cabe la posibilidad de que fuerce un desempate ante Boca, si es que los xeneizes empatan y River no gana. Por supuesto, en cualquier caso Talleres debe vencer a Newell's. Newell's será entonces un especie de convidado a la definición del Apertura en su propia casa y obviamente no querrá que nadie venga a organizarle la fiesta. Esa quizás es la principal motivación de esta tarde para los rojinegros, que además aspirarán a terminar por delante de Central, aunque sea por diferencia de gol. De todas formas, el objetivo no deja de ser demasiado dietético, como lo fue el de no perder el clásico. Demasiado poco, sin dudas. Entonces, como ocurre en los últimos finales de campeonato, las declaraciones del cuerpo técnico y de los jugadores le apuntan siempre al futuro y nunca a presente, como si los días por venir fueran el mejor justificativo para una actualidad sin alegrías. Newell's cierra un año problemático, con convocatoria de acreedores y elecciones polémicas incluidas, con jugadores que se fueron vendidos (Mateo y París), peleados con la comisión directiva (Lutman) y hasta fugados (Guiñazú) y un cambio de técnico que actuó como fusible de una situación deportiva que formó parte de un contexto institucional duro. Así se va Newell's, así se despide hasta el año que viene, siempre apoyado por su gente que no ha dejado de alentar al equipo. Pese a todo.
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